SÁBADO 16 ABRIL / 20.00. Auditorio Pilar Bardem. 12 euros (ver descuentos). Venta: entradas.rivasciudad.es (se añaden gastos de gestión) y taquill adel auditorio (jueves y viernes, de 19.00 a 21.00, y días con función desde una hora antes).
*****
En 1939, casi medio millón de personas cruzaron la frontera francesa a través de los Pirineos. Huían de la guerra civil y de la represión franquista. En aquel éxodo había restos del ejército republicano, pero también población civil, muchas mujeres y niños. La mayoría iba a pie. Los caminos estaban colapsados: 30.000 personas sorteaban el barro y la lluvia cada día rumbo a Francia.
El sur del país galo no se preparó para una invasión de ese calibre. Y los españoles fueron despojados de todo en la frontera (algo parecido sucede estos días en suelo europeo con los miles de refugiados sirios que escapan de la guerra). Muchos de aquellos exiliados no volvieron nunca. Algunos murieron de frío, otros por los bombardeos o en los campos de concentración franceses.
Todo ese horror lo recrea el dramaturgo Jesús Arbués en su obra ‘Ligeros de equipaje’, estrenada en septiembre de 2013, y premio al mejor espectáculo en la Feria de Teatro de Castilla-León en Ciudad Rodrigo 2014 y con el que obtuvo dos nominaciones a los premios Max (mejor texto y dirección escénica).
Se trata de una emocionante función sostenida con dos intérpretes (Pedro Rebollo y Javier García): uno encarna a un anciano, el otro representa a casi 50 personajes. «La obra cuenta una historia de ficción construida con casos reales, con alguna licencia poética. La mayoría de los episodios que le suceden al protagonista ocurrieron», explicaba Arbués en una entrevista en el diario ‘La voz de Galicia’.
LO COMPLEJO
Cuando se le preguntaba si resulta complejo «construir una función de 50 personajes con solo dos actores», el director comentaba: »Queríamos jugar a demostrar que para perfilar un personaje no hacen falta cosas externas, ni acentos regionales, sólo creerse lo que estás haciendo».
‘Ligeros de equipaje’ pretende «recuperar la historia verídica, casi olvidada en el tiempo, de cientos de miles de personas. No es una pieza sobre la guerra civil, sino un trabajo que trata sobre el olvido, el pasado, la ausencia, la muerte y la vida».
Para la puesta en escena se emplean recursos fotográficos y de vídeo: se proyectan imágenes tomadas en 1939 que revelan el padecimiento de quienes se escabullían del conflicto. Como dice su responsable: «Confeccionamos un espectáculo que une los fragmentos rotos de la memoria para trasladar al espectador más de 50 años atrás».