Texto: Patricia Campelo Fotografía: Luis García Craus
Llega la fiesta de Don Carnal para dar rienda suelta a la locura, la chanza, el baile y los coloridos desfiles. Comienza el Carnaval, fecha que alguien aprovechó hace ya once años para ‘hermanar’ esta ciudad con otra, la madre todos los carnavales, inventándose el alias, a modo de título de comparsa, de ‘Rivas de Janeiro’.
Así, otro año más, con menos salsa pero, tal vez, con más ingenio y mordacidad que la ciudad brasileña, el universo guasón ripense engrasa motores para conquistar las calles desde la alegría y el humor, con el disfraz y la comparsa. Y para ello, a finales de enero, los grupos protagonistas del Carnaval de Rivas apuraban las horas del día para llegar a tiempo a la línea de salida de los desfiles carnavalescos, el sábado 6 de febrero.
Los ganadores del premio al mejor disfraz colectivo en 2015, el AMPA del colegio Rafael Alberti, preparaban entonces el atuendo de este año, relacionado con la ecología, el medio ambiente y los dichosos incendios, el tema del verano que aún colea.
«Ha sido la cumbre del cambio climático en París, y jugamos también un poco con el tema de las basuras o de Valdemingómez», explica Mariano Pueyo, presidente del AMPA, sobre la percha de actualidad en la que cuelgan su disfraz de 2016. En la pasada edición, este grupo de madres, padres y alumnado alcanzó los laureles de triunfo con la temática que llamaron ‘Made in China’. Ese año, el empresario Wang Jianlin había adquirido el edificio plaza España, y quisieron satirizar sobre la expansión económica del país asiático. La ironía sagaz les llevó a montar todo un desfile que más bien pudiera recordar a las celebraciones del actual año chino de la cabra [que finaliza este mes].
«Llevábamos instrumentos musicales que hicimos con sartenes, paelleras, bandejas y unos tubos de aluminio, recortados, que iban sonando a la vez que la música», describe Mariano. Las tonalidades rojas y fucsias dominaban los trajes que habían adquirido por su cuenta cada uno de los participantes, y un dragón alargado con los mismos colores, sujeto entre siete adultos, lideraba la comitiva. No faltaron los carros típicos de las ciudades de países asiáticos, los rickshaw, vehículos que utilizaron para llevar la música, la luz y el sonido. «Detrás iba un grupo de unas 30 niñas y madres bailando con unos abanicos inmensos», recuerda Mariano. Y coronando el grupo, en medio de la comitiva, la presencia del protagonista, ‘Juanjolin’, nombre con el que bautizaron al sosia del empresario chino.
En total, tres semanas para organizar las coreografías y disfraces de las 80 personas participantes y para escribir las coplillas que fueron coreando durante el desfile. El premio, 600 euros, les sirvió para el desarrollo de las actividades del AMPA. «Hacemos charlas, cursos, la fiesta de fin de curso, con castillos hinchables y actuaciones, un poco de todo», enumera Mariano.
El punto de partida, según aclara, se sitúa en la «tormenta de ideas» para escoger temática. Este año, el proceso creativo comenzó a mitad del mes, cuando decidieron el tema, por lo que contaban con menos tiempo de preparación hasta la cita del sábado 6, un escollo que salvarán sin complicaciones, dada su experiencia en el Carnaval ripense: en el que han ganado en cinco ediciones.
Para el sábado de Carnaval, se esperan a miles de personas por las calles siguiendo el desfile de disfraces y comparsas. El recorrido sale del Área Social del Parque de Asturias, a las 18.30, y está previsto que llegue a eso de las 20.00 al polideportivo Cerro del Telégrafo. Allí se escenificarán los pases musicales, se producirá la entrega de premios y todo concluirá con un baile.
LAS COPLILLAS
La noche anterior al desfile de Carnaval, el viernes 5, llega el esperado y añejo concurso de chirigotas, una cita que cumple su edición número 20 y que agota el aforo del auditorio Pilar Bardem, donde se celebra desde hace menos años. Sobre el escenario actuarán unos viejos conocidos: Los rompeholas, sí, con ‘h’.
El año pasado ganaron el premio a la mejor puesta en escena. Destacaron así sobre las otras once comparsas a concurso, la mayor cifra del certamen. Su chirigota fue ‘Metro y pico’, y retrataron a los diferentes personajes que se pueden encontrar en el suburbano, así como los problemas cotidianos por los retrasos o la masificación. «Era como un día cualquiera en el metro», explica Luis Miguel Pascual, responsable de las letras. «A veces cuesta o es difícil que puedas decir todo lo que quieres, ser más o menos atrevido, y siempre sin faltar a nadie o dentro del orden que tiene que haber», apostilla.
Una vez escrita la letra, llega el atrezo, que «es más complicado de lo que parece», añade. Los rompeholas, grupo formado por 17 amigos y amigas, siguen el esquema de las chirigotas gaditanas: tipo (o temática), entrada, cuplé, pasodoble y popurrí. «Los cuplés son la parte crítica, donde entra el sarcasmo y la ironía», describe Luis Miguel sobre un esquema que ensayan cada viernes y domingos en la Casa de Asociaciones desde tres meses antes de la cita en el Bardem. Pero antes, sobre septiembre, ya empiezan a pensar el tema.
La chirigota con la que sorprenderán este año la guardan en secreto, pero Luis Miguel avanza el título: ‘Permíteme que insista, este cuerpo lo vale’. «Después, cuando se suba el telón, podrán encontrar cualquier cosa», asegura el chirigotero entre risas.