- Entrevista: José Luis Corretjé
Aunque ya cumple 15 años sobre las tablas, Impromadrid, la compañía teatral con más recorrido en este país en el arte de crear sobre al marcha, mantiene una frescura en sus espectáculos que lleva a no pocos espectadores a repetir experiencia. El 25 de octubre (20.00, 12 euros sin abono) retornan al Auditorio Pilar Bardem después de comprobar que el público en Rivas es «especialmente receptivo» a este tipo de propuestas creativas. El espectáculo que presentan, ‘Corten’, promete ser tan divertido como los anteriores. Y llegará acompañado por la música en directo de Nacho Mastretta y las locuras plásticas de Monigote. Ambos improvisarán al ritmo de los tres actores de Impromadrid. Uno de ellos, Ignacio López, contesta las preguntas de RD en la siguiente entrevista.
De vuelta en Rivas con ‘Corten’. ¿El hecho de que no hagan nunca lo mismo abre la posibilidad de que la gente quiera repetir? De hecho sucede. Hay frikis que repiten muchas veces. Es lo bueno que tiene la ‘impro’, que siempre es diferente y eso permite que haya gente que le interese volver.
¿Cuáles son los secretos que sostienen un buen espectáculo de improvisación? No creo que haya muchos secretos. En realidad se basa en una técnica básica vinculada a escuchar al compañero y lograr que haya una buena historia. La ‘impro’ muchas veces remite a una idea de comedia: rápida, divertida e ingeniosa; pero si no está sustentada por una buena historia es difícil que funcione. Nos solemos tirar a lo que aparezca que de hecho es lo más divertido y lo que queríamos transitar en ‘Corten’, porque nos gusta asomarnos al precipicio y arriesgarnos. Claro que cabe el riesgo de cagarla, y tampoco pasa nada porque es parte intrínseca de la ‘impro’. Aunque no es habitual porque llevamos mucho tiempo trabajando juntos y es muy difícil que una historia salga mal.
Al empezar una actuación ¿siente en el estómago sensación de vértigo que da el no saber si se logrará enganchar con el público y que el espectáculo funcione? El espectáculo está pensado para, en los diez primeros minutos, conseguir que el público se enganche con lo que estamos haciendo y que se la gente se abra a las ganas de participar.
¿Qué importancia tiene contar con un público u otro para que sea una noche perfecta o una noche de esas que no se olvidan? Mucha. La experiencia nos dice que es rara la ocasión en la que el público no está a favor de obra y le apetece participar. Incluso con audiencias teóricamente complicadas suele funcionar. Así nos ha sucedido cuando hemos ido fuera y nos hemos dirigido a gente que no conoce nuestro idioma, como nos pasó en Brasil o en Suiza.
Ya conocen al público de Rivas. ¿Qué tal se porta? Muy bien. Se nota que hay ambientillo teatral y que les gustan las cosas novedosas. La ‘impro’ es un poco de «Ay, y estos ¿qué es lo que van a hacer?» y, sin embargo, yo siento mucha receptividad por parte del público de Rivas para estas propuestas. Estamos convencidos de que va a ser una noche muy divertida tanto para el público como para nosotros.
«La ‘impro’ remite a una idea rápida, divertida e ingeniosa; pero si no está sustentada por una buena historia es difícil que funcione»
Y al contrario, ¿no es molesto que haya parte del público que se exceda en su papel y quiera asumir más protagonismo del que le corresponde y adquirir un papel estelar? No nos ha ocurrido habitualmente. Quizás en algún espectáculo que era más rápido y que la gente iba un poco pedo. A priori la gente se comporta. Por otro lado, nosotros somos los que indicamos el momento en el que la gente tiene que participar. Por último, filtramos y elegimos: si de cuatro, tres propuestas son nefastas, nos decantamos por la más potable. Y también pasa que, de repente, alguien te para y te da una idea magnífica que no habías pensado y eso lo bonito. La gente ve cosas que tú no ves porque tú estás dentro.
El público, a veces, cuando acude a un espectáculo como el vuestro teme que le incomoden, que le hagan salir al escenario. Hay mucho miedo al ridículo ¿no? A nosotros no nos gusta que nos saquen cuando vamos de espectadores a ver obras de teatro. En ‘Corten’ se genera la participación del público desde los asientos y en otros te tienes que ir ganándolo y siempre que sean voluntarios. A mí me parece un tanto violento escoger a alguien, al azar, que no tiene ningún interés y que quizás lo va a pasar muy mal. El público tiene que estar cómodo, hay que cuidar a quien viene a verte. Vamos, que no nos gusta sacar a la gente.
Por mucho que den la apariencia de tener un millón de recursos para salir a flote, alguna vez se habrán visto en un callejón con pocas salidas. ¿Qué se hace entonces? Llevamos mucho en esto y hace años que no nos pasa lo de quedarnos en blanco en el escenario. Lo que hay que hacer si ocurriera es, como en otros oficios, acudir a la técnica básica. Si ves que algo no funciona pues te dedicas a trabajar el personaje, las acciones o el espacio para ir remontando. Igual uno no está en su mejor día, pero somos más para apoyarnos. Hay que confiar en el compañero y en el equipo. En ‘Corten’ tienes a Monigote (artista plástico) y a Mastretta (músico). Si estás perdido en un momento, ellos acaparan el protagonismo.
¿Qué os aporta la experiencia de compartir escenario con un músico y un artista plástico que improvisan como vosotros? Aun a riesgo de sonar petulante, lo cierto es que en España, en el mundo de la improvisación, somos los que más tiempo llevamos. El hecho de compartir con otra gente que son muy buenos en otras disciplinas te nutre. Creces cuando hay alguien mejor que tú a tu alrededor. Tanto Monigote como Nacho (Mastretta) son increíbles y eso te impulsa a subir en la calidad global del espectáculo. Es un placer currar con ellos.
También el vestuario se va creando al tiempo que crece la historia. Eso es. Luego está Tatiana Sarabia (diseñadora del vestuario), que también es una crack en lo que hace. Recientemente le dieron el Premio Ceres, en el Festival de teatro de Mérida. Ella va ayudándonos a que un solo actor pueda hacer varios personajes. Ella tiene la habilidad de moldear a cada personaje a través del vestuario.
El humor es imprescindible para triunfar con una ‘impro’? ¿Cómo sería improvisar teniendo el género del drama como referencia? También es agradecido aunque la improvisación mira más a la comedia por el hecho de que es algo espontáneo, no preparado. Como la gente lo sabe, suele tirar hacia el humor, hacia la comedia. En algunos espectáculos hemos transitado argumentos más dramáticos y también han funcionado bien. Cuando consigues transmitir emociones , te da un subidón tremendo que te lo digan al finalizar el espectáculo. Pero es verdad que tira más hacia la comedia que hacia el drama.
Hacen una obra de arte irrepetible. Eso es lo que nos gusta. Puede que hagamos arte efímero, pero lo divertido es que quien asiste a esta experiencia teatral forma parte de un grupo selecto que son los que van a ver esa historia, en ese momento, y que nunca más se va a repetir. Es algo muy especial.
Aunque no se pueda desvelar, ¿qué le espera a la gente que decida pasarse a ver vuestro espectáculo en el Pilar Bardem? Va a pasar un rato muy divertido. Eso te lo puedo asegurar. Y luego está lo bonito que resulta participar como creadores en una obra. Cada cuál va aportando su granito de arena para crear un espectáculo original y único.
- ‘CORTEN’
Compañía IMPROMADRID
Sábado 25 octubre 20.00 h. Auditorio Pilar Bardem
Precio 12 euros. Compra online de entradas.
