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«Es más grave la crisis de valores que la económica»

El poeta ripense y profesor presenta su última obra 'Ninguna parte' el jueves 21 de noviembre en el centro cultural García Lorca.

  • Entrevista: Roberto Parra

José Luis Morante nace en El Bohodón (Ávila) en 1956. Profesor de Ciencias Sociales en el IES Duque de Rivas es un veterano ripense, cuya trayectoria personal y profesional se ha fraguado en este municipio en revistas como Prima Littera o Luna Llena; en el origen de las asociación Escritores de Rivas, o en coloquios, charlas y presentaciones.

El jueves 21 de noviembre presenta su último trabajo ‘Ninguna parte’ en el centro cultural García Lorca acompañado por el poeta y profesor, Ricardo Virtanen, y el concejal de Cultura, Curro Corrales

«Cuando llegamos a Rivas estaba todo por hacer. La gente que estaba por las calles tenía las mismas ilusiones que yo. Vivir en la misma localidad donde se trabaja hace que la presencia sea más continua en todos los actos. En estos 25 años, Rivas ha cubierto una etapa cultural de primera magnitud.

Me gustaría ser justo con todos los que han colaborado en esta pasión por la literatura que se vive en Rivas. La Universidad Popular y los distintos concejales de Cultura han tenido una importante labor en su desarrollo, pues no quisieron que la UP fuera solo un lugar donde impartir talleres reglados sino que fuera un sitio vivo.

Desde el Ayuntamiento se han fomentado proyectos minoritarios y costosos como la revista Luna Llena o Prima Littera y ese compromiso con la literatura ha hecho que los escritores también tuviésemos que dar tanto como lo que recibíamos», explica Morante. 

En todo proceso creativo los inicios no son sencillos. ¿Qué hay que hacer para no abandonar? He tenido suerte en ese sentido. Estaba interno en el colegio diocesano de Ávila y el hábito de lectura me llevó desde muy joven a escribir. Afortunadamente, no tuve la necesidad de publicar y nunca se me dado el caso de tener que hacer como esos escritores que publican temprano y luego andan buscando sus primeros libros para quemarlos.

Yo publiqué a partir de los 30 años y ya sabía lo que quería. Mi primer libro es fruto de un premio literario y por ello me resultó fácil acceder a las editoriales, pues un premio abría las puertas. Es una carrera de 25 años desde entonces que, prácticamente, no ha tenido sombras.

A lo largo de su trayectoria ha recibido numerosos galardones. ¿Cuáles son los premios que más ha agradecido? La literatura de los premios es una literatura malvada porque siempre hay una persona que lo gana y una multiplicidad que no. Hay tres premios que me son muy gratos: el Antonio Machado, para profesores, que recoge la doble trayectoria de mi persona en los ámbitos de la literatura y la escuela.

El Luis Cernuda, que habían ganado grandes figuras de la poesía en castellano que habían sido maestros míos y que me daba la sensación de jugar en un primer equipo y por último el San Juan de la Cruz, este premio de la Diputación de Ávila es el más importante de la provincia y uno de los más importantes de Castilla y León, y hasta que me lo otorgaron a mí ningún abulense lo había ganado. Son tres premios que me han dado cierta fe en mi literatura. Yo que siempre he sido un escéptico.

«En poesía, el formato es importante pero siempre debe de ir unido al contenido»

Su obra literaria está hecha de poesía. ¿Qué le lleva a escribir poemas y no otros géneros más rentables?No se elige el género donde uno se siente más cómodo. Siempre he compatibilizado la poesía con el periodismo en prensa y la crítica literaria que llevo ejerciendo 25 años. Los periodos de inactividad poética se llenan con otras actividades. A mí me gusta asomarme a través de los periódicos a lo que pasa en la calle.

Hay que conocer la técnica para olvidarse de la técnica. Uno de los tópicos más grandes que tiene el género poético es que la gente que se acerca a ella la percibe como una cosa ñoña, cursi, donde todo rima. En poesía, el formato es importante pero siempre debe de ir unido al contenido. El poeta elige el formato, el lenguaje con el que hay que dirigirse al lector pero teniendo en cuenta que no puede haber una división entre fondo y forma, ambas van de la mano.

¿Cuánto tiempo le ha llevado escribir este poemario? ‘Ninguna parte’ es un poemario pequeño, contiene 45 poemas y me ha llevado escribirlo 5 años. Eso no significa que todos los días te levantes como un funcionario de la lírica para escribir dos versos y el día siguiente cambiar una coma de sitio o sustituir un adjetivo.

Al contrario que otros géneros literarios la poesía surge por la necesidad. Yo siempre procuro estar predispuesto a ese poema, pero éste llega pocas veces.

Durante la creación de ‘Ninguna parte’ he pasado por muchas vivencias personales y eso ha marcado el enfoque del libro.

¿Para quién escribe? Hay una frase suya que dice ‘la poesía no existe sin lectores, es solo caligrafía que no lleva a ninguna parte’. Hace poco en la universidad tuve ocasión de compartir con periodistas en ciernes y se mostraban muy preocupados por como los nuevos formatos digitales estaban anulando el libro tradicional y como el blog canalizaba la relación entre lector y creador. Escribo para cualquier persona que se acerca al libro con apertura de miras.

No creo que haya un público limitado. Se puede aprender a leer poesía desde muy joven o desde muy mayor. La poesía admite los ojos de cualquier lector. Es verdad que un inédito en el cajón parece que no existe. Está ahí, pero el único que la tiene es el autor y por tanto es endogámica y ensimismada.

La escritora Clara Sánchez residió durante muchos años en el municipio. Hace unas semanas ha ganado el premio Planeta y en el 2000 el premio Alfaguara. La pléyade de poetas y escritores en Rivas es numerosa y por aquí han pasado numerosas figuras de la literatura.  Recuerdo el homenaje mágico que se hizo a Clara Sánchez cuando ganó el Alfaguara de novela. Estaba con ella en su casa cuando recibió el premio por ‘Ultimas noticias del paraíso’, un libro donde son fácilmente reconocibles lugares, paisajes y personas del municipio.

Clara es la escritora más reconocible, pero por la localidad han pasado primeras figuras como José Saramago, Almudena Grandes, Luis García Montero, Jose Luis Sampedro, José Hierro, Ángel González y muchos otros. Poetas y escritores tan relevantes que en muchos lugares te preguntaban ¿Qué pasa en Rivas? y mirabas los carteles con perplejidad y decías ‘Yo tampoco lo sé, pero pasa’.

¿Se considera en la plenitud de su vida poética?‘Ninguna parte’ habla del declive físico y éste quizás afecte a otros espacios vitales. Soy profesor y mi material humano habitual son adolescentes en la plenitud de la vida física, capaces de jugar en un día al tenis, correr, hacer natación y salir hasta la madrugada. Yo no aguanto tanto.

Me encuentro más cómodo en el plano intelectual. Miro las cosas con más distancia y eso me permite afrontar situaciones sin ganas de apabullar a nadie sino con las ganas de ponerse hombro con hombro y de sumar más que de restar. Estoy en una etapa más de abrir puertas que de cerrar ventanas.

Nueve libros de poemas hasta ahora. ‘Ninguna parte’ surge de un proceso personal de reflexión tras una hospitalización. Buena parte de la crítica que se acerca a mi obra la califica de biográfica. Quisiera matizar que el poema no es un acta notarial. Hay muchas situaciones que no me pasan a mí sino a gente de alrededor y que yo elaboro y doy un formato personal. Otras ni siquiera tienen ese origen.

La hospitalización de mis padres casi nonagenarios, ha hecho que tuviera que asistir con mucha frecuencia en los pasillos del hospital a escenas de dolor y desesperación. Es una situación muy contradictoria cuando sales del instituto y ves la vitalidad y plenitud de los jóvenes y su contraste con la situación en las secciones geriátricas. De ese choque surgen preguntas como: ‘¿dónde estás exactamente?’, ‘¿de qué parte estás más cerca?’ o ‘¿de dónde te vas alejando?’. Esa realidad está presente en la primera parte de este libro.

Espacio y tiempo son dos características del libro. La vida te hace ser más escéptico y ver que todo son círculos que conducen a ‘Ninguna parte’. ¿Hay un punto de desengaño? Sí y me gustaría pedir disculpas por ello. Creo en la gente y en el futuro. La situación actual nos exige optimismo. El profesor debe de hablar con el verbo claro y nítido de que el futuro es posible. En los últimos años nos ha inundado una situación de pesimismo, de negatividad extrema que proviene de una gestión política nefasta de recortes que nos ha conducido a una contracción del consumo que hace parecer que el país está de luto. Hay que seguir caminando y hacer de nuestra sociedad un lugar habitable.

«Creo en la gente y en el futuro. La situación actual nos exige optimismo»

También caracterizan al libro los viajes. Unos reales: Nueva York y otros efímeros, emocionales como ‘Naúfrago’. Maneras de viajar. Hay una parte tremendamente verosímil. Yo soy profesor de Geografía e Historia y creo que el viaje es la mejor forma de conocer objetos, personas y lugares. Los viajes exteriores están plenos de vivencias, pero el viaje más complejo es el viaje interior: un viaje relleno de sombras a las que es preciso dar luz para poderlas descubrir. La vida se hace de ambos viajes. Y en el viaje del yo nunca se sabe cuál es la última parada, ni cuándo va a llegar.

San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús son referentes poéticos y literarios de Ávila ¿Hay en esos pensamientos algo de su mística? No sé si es un sentido religioso o de Kavafis. Hay una diferencia muy notable entre el espiritualismo de Santa Teresa y el hedonismo de San Juan de la Cruz. En éste la poesía amorosa coge cotas inestimables. Yo soy más lector de San Juan que de la santa. La idea del itinerario que refleja ‘Ninguna parte’ tiene más del poema ‘Ítaca’, del poeta griego Constantin Kavafis, cuya conclusión es que todos los caminos conducen a uno que es el propio interior.

Los paseos por Ávila y tierras de La Moraña ¿marcan su escritura? Yo quisiera que pensar que si. He vuelto a Ávila con la intensidad del converso. Como todas las ciudades de Castilla y León es un espacio que reúne geografía y monumentalidad con una simbiosis difícilmente repetible. Un político canadiense decía que ese hermoso país de Norteamérica era geografía sin apenas historia. Ávila, por el contrario aúna ambas. Paisajes como la Sierra de Gredos, las estribaciones de la Serrota o los restos de los castros vetones en medio de las parameras envuelven una ciudad llena de monumentos y rincones desconocidos. Por algo está catalogada por la Unesco como Ciudad Patrimonio de la Humanidad.

Sentarse a charlar con Morante es tener la sensación de estar hablando con un hidalgo castellano pero no de esos venidos a menos sino de los otros hidalgos: coherentes, éticos, responsables.Estoy muy contento de mis orígenes castellanos. En mi infancia la única forma de estudiar que tenía un niño de pueblo era vivir en un internado. Allí se transmitían valores religiosos pero también éticos y a mí esos valores me parecen referenciales. Para mí es mas grave la crisis de valores de la sociedad actual que la crisis económica. Los profesores tampoco sabemos, en muchas ocasiones, trasladar esos valores éticos a nuestros educandos.

Yo no doy lecciones a nadie, pero si procuro comportarme con la ética de personas como Antonio Machado, Ángel González o José Saramago. Todos ellos referentes éticos de primera magnitud. Esos son mis maestros. Sánchez Dragó o Juan Manuel de Prada no me dicen nada. Uno intenta aflorar aquellas vivencias que le han transmitido algunas personas y nos sentimos más a gusto con unos que con otros. Como todos tengo mis sombras. La biografía personal hace que el espejo no recoja el lado oscuro. Hay que pensar que uno es más real si el espejo está empañado.

Su poemario se divide en diversos bloques diferenciados: ‘Patologías’, ‘Deshielo’, ‘Y todo lo demás’. Creo en el carácter unitario de los libros al contrario que otros autores que los ven como la acumulación sucesiva de poemas. Un libro debe mantener una coherencia unitaria que haga que el tono general de los poemas se mantenga. Hay tres apartados básicos en ‘Ninguna parte’ que regulan el cauce lírico que aflora en el poemario.

La primera parte expresa el desgaste, la condición efímera del ser humano. En la segunda salen a relucir los sentimientos entre el final de la madurez y el umbral de la senectud donde el amor se ve con más sosiego, con menos hormonas. Como decía Unamuno: ‘si toco la pierna de mi amada seguramente no pasa nada, pero si cortan la pierna de mi amada, me han cortado la mía’. La tercera y última está dedicada a la literatura. Después de tanto tiempo leyendo y escribiendo me interesaba plasmar que en la literatura como en la vida no existen certezas absolutas y por tanto de esos claroscuros está hecho el final del libro.

‘Ninguna parte’ está publicado, en formatos digital y tradicional, en ‘La Isla de Siltolá’ una editorial sevillana de poesía fundada por el poeta Javier Sánchez Menéndez en 2009. Una pequeña editorial que apuesta por el libro electrónico en convivencia con el tradicional.

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