Una de cada diez familias está deshumanizada. Muchas recurren al ritual de la plantación que los entronca con la madre naturaleza y les permite soportar el vértigo de la nueva sociedad.
Sinopsis: ‘De cuando mis padres me plantaron en una maceta’ es una creación colectiva autoría de Estevo Azañón, Patricia Coucheiro y Lucía Abarrategui. Un texto original que interpretan y dirigen. Se trata de una crítica a la modernidad, que a veces está en las antípodas del progreso. Modernidad ligada a la deshumanización, algo de lo que adolece nuestra sociedad y que va in crescendo. Lo que se aleja de lo mecánico pierde legitimidad, uno ya no puede escribir a mano porque deja ese rastro humanoide. Lo puramente humano se extermina, el olor intrínseco al cuerpo, el vello natural, los sentimientos
Todos estos argumentos se intensifican desenfrenadamente en el hipotético año 2250, año en el que se ubica la historia de la familia protagonista (madre, padre e hija). La historia narra la experiencia de la hija el día que se tiene que plantar por primera vez, un ritual que la familia utiliza para soportar la vertiginosidad del mundo en el que viven. Se trata de entroncar con la madre naturaleza, de manera literal, para poder movilizar los valores de antaño y recuperar la savia suficiente, la pizca de humanidad suficiente para poder seguir adelante en un mundo tan sumamente maquinado. El máximo referente de esta familia será F. T. Marinetti (fundador del movimiento futurista), una familia que cifra el sentido de la vida en la máquina y el movimiento, en el exterminio de lo humano.
- SÁBADO 24/ 20.00. Centro cultural Federico García Lorca. Entrada: 2 euros.
Mequetrefes Teatro (Antas de Ulla, Lugo). ‘De cuando mis padres me plantaron en una maceta’, de Lucía Abarrategui, Estevo Azañón y Patricia Couceiro. 75′. Año 2250.
