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El auditorio Pilar Bardem vuelve a la vida después de un año cerrado. Los cinco monólogos pergeñados por Botto se escucharán el sábado 24 de noviembre (20.00). Es una obra que el actor hispanoargentino estrenó en octubre en las Naves del Matadero de Madrid, que ahora emprende gira y su primera parada es Rivas: todo un lujo para la ciudad, que tiene la ocasión de disfrutar de uno de los espectáculos más sonados de este otoño.
El precio por entrada es de 12 euros (también se pueden comprar, a partir de las 19.00 del jueves 8 de noviembre, Telentrada y 902 10 12 12, aunque en ambos casos se suma al importe los gastos de gestión).
El auditorio reabre un año después. En noviembre de 2011 cesó su programación para emprender obras de reforma y mantenimiento. Cuando estas habían finalizado, y se previó su reapertura para mayo de 2012 con la actuación del cantaor Miguel Poveda, se produjo un incendio en el patio de butacas, que afectó a diferentes instalaciones del equipamiento.
Una vez arreglados los desperfectos, las compañías escénicas y musicales regresan al mayor auditorio del sureste de Madrid, con capacidad para 1.000 espectadores. El último montaje que se representó fue el musical ‘La fuerza del destino’, el sábado 19 de noviembre de 2011.
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LA TAQUILLA DEL AUDITORIO ABRE JUEVES Y VIERNES
Taquilla, jueves y viernes de 19.00 a 21.00 La taquilla del auditorio abrirá el 8 de noviembre, y lo hará, a partir de ahora, los jueves y viernes, de 19.00 a 21.00, y los días que haya espectáculo una hora antes del mismo. El teléfono de la taquilla es el 91 660 29 97 (solo 19.00-21.00).
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JUAN DIEGO BOTTO: ‘UN TROZO INVISIBLE DE ESTE MUNDO’
SÁBADO 24 NOVIEMBRE / 20.00. Auditorio Pilar Bardem 12 euros (+ gastos gestión). Anticipada: taquilla (jueves y viernes de 19.00 a 21.00), 902 10 12 12 12 y telentrada.com.
‘Un trozo invisible de este mundo’ se hizo visible en la cabeza del actor Juan Diego Botto el día en el que acompañó a un amigo al funeral de una inmigrante congoleña. Samba había estado detenida en un Centro de Internamiento para Extranjeros. Allí se puso enferma pero no fue tratada del sida que padecía y eso le llevó a la muerte. En el entierro la madre de Samba se abrazaba al ataúd y lloraba mientras se lamentaba de no poder abrazar su cuerpo igual que lo hizo el día que la había traído al mundo.
Aquel acontecimiento terrible e invisible para la opinión pública española fue el punto de partida para que el actor Juan Diego Botto comenzara la escritura de su cuarta obra teatral. Fruto de este trabajo nacieron cinco monólogos que componen y estructuran la obra. Personajes que habitan un escenario solitario para representar el desamparo y el desarraigo del emigrado, del exiliado, de quien no está donde debe o no puede estar donde debería.
Botto incorporó el exilio para relatar esas formas extrañamiento pero también porque forma parte de su experiencia personal. Su padre fue detenido y hecho desaparecer por la dictadura argentina. Su madre huyó del país y se refugió en España, donde el actor ha vivido desde su infancia. Hasta tal punto está marcado por esa experiencia que su primer recuerdo consciente se enmarca en ese avión que le llevaba desde el lugar donde nació hacia otra parte.
Una vez finalizado el texto tomó la decisión de buscar un director; quería interpretar la obra y a la vez desprenderse de ella. Había visto un montaje del también actor Sergio Peris Mencheta que aceptó dirigirla.
Después se sumó al equipo la actriz Astrid Jones que representa a una madre subsahariana que le relata a su hijo como fue su viaje a Europa y todas las penalidades que tuvo que pasar; su lucha por vivir dignamente y por conseguir un futuro mejor para sus seres queridos. La escenografía es sencilla y contundente; maletas en un lugar de paso, un no lugar en el que alguien ya no está en el sitio del que viene ni ha llegado todavía al lugar al que va.
Para Botto ha sido un ejercicio de expresión tremendamente personal. Uno de los monólogos cuenta la historia de un militante detenido en la dictadura argentina. De algún modo, a través de ese personaje se refiere a la tragedia de ese padre del que no tiene recuerdos conscientes. Un padre al que le robaron la posibilidad de estar donde quería, con quien quería y que está muy presente desde la ausencia.
SUBSUELO DE LA VIDA
A veces con humor, a veces con crudeza, la obra construye un escenario para lo que no se suele ver, para lo que no se quiere ver, para el subsuelo de nuestra vida colectiva. Asegura Juan Diego que en estos momentos de crisis, de pérdida de derechos: «hay que abrir las puertas del teatro a la realidad». Añade, después de pensar bien en las palabras que elige para decirlo, que es uno de sus mejores trabajos como actor y que la relación con el público que acude a la obra está siendo especialmente enriquecedora. Defiende la necesidad de abrir los ojos a las cosas que no se quieren ver. Y lo hace, como otro migrante, El Principito de Saint Exupery, consciente de que lo esencial es invisible a los ojos.
FICHA TÉCNICA: Autor: Juan Diego Botto. Dirección: Sergio Peris-Mencheta. Reparto: Juan Diego Botto y Astrid Jones.
