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Rivas al Día [RD] ha recogido a pie de calle las opiniones de los vecinos y vecinas de Rivas sobre el festival que centró la atención del municipio los días 27, 28 y 29 de septiembre.
JORGE MOLANO
Frente al edificio de Correos paseaba con un amigo Jorge Molano (25 años), vecino del centro de Rivas. El festival le resulta familiar. «Estuve en las anteriores ediciones». Se confiesa asiduo a la cita musical y se congratula de su llegada a Rivas. «Mejor que irse a Getafe [antigua casa del festival]».
Asegura con orgullo que ya dispone de su entrada y avanza que acampará a pesar de vivir no muy lejos. «A ver cómo montan el recinto, espero que lo arreglen», aguarda al respecto de la zona de acampada: una parcela ubicada en la zona comercial y de ocio Rivas Futura. «Por si acaso yo ya me he comprado una pérgola para tener sombra».
Jorge acudirá al En Vivo con ocho amigos, algunos de Getafe, «aunque seguro que se unirá alguno más». Una de las conclusiones que saca, en términos positivos, es que el desfile de artistas que van a pulular por el Miguel Ríos a finales de septiembre servirá para que la ciudad «se conozca más y más gente hable de Rivas».
LAURA LÓPEZ
RD se adentra en el Casco Antiguo y pregunta en la peluquería de Laura López (31 años). Esta ripense «de toda la vida» desconocía el evento musical del año en la ciudad. «Me habían contado que venía Macaco a las fiestas de septiembre, pero al ver que las quitaban, creí que ya no vendría». En realidad toca en el festival En Vivo, le aclaramos. «Entonces seguro que voy, me encanta Macaco».
Sobre la repercusión del evento en la ciudad, aclara: «Si es para bien, la idea me gusta; además, no se usa mucho el Miguel Ríos».
Laura es vecina del Casco, y cree que las aglomeraciones y las posibles desviaciones del tráfico no le afectarán. «Se trata sólo de un fin de semana al año, así que lo veo positivo». Aún así, se muestra expectante a los posibles botellones que pudieran darse fuera de los recintos habilitados para las personas que acampen. «Veremos la que se monta».
NURIA NAVARRO y ANA BORRELL
En la terraza de un bar se encontraban dos profesoras ripenses tomando un café la misma mañana. «Es una forma de atraer a Rivas a gente de la comarca», sentencia Ana Borrell (32 años) sobre los rasgos provechosos del espectáculo musical. Tanto ella como su colega Nuria Navarro (33 años) son vecinas de los alrededores del auditorio municipal. «Viviendo en la zona, algo nos afectará», considera Nuria.
Por edad y gustos musicales aseguran sentirse en consonancia con el espíritu festivalero. «Puede que las personas mayores o con niños pequeños no lo vean tan bien», añade Ana, «pero solo son tres días». «A lo mejor vamos, y sería nuestro primer festival; pero si no, ¡casi lo podremos escuchar desde casa!», apuntan divertidas.
«Me gusta ese tipo de movimiento», sentencia Ana. «Puede que las personas mayores o con niños pequeños no lo vean tan bien», añade. Precisamente esta ripense, docente en un centro público de educación primaria, es madre de una niña de tres años «pero pienso que solo son tres días de festival», argumenta.
Sobre las personas que coparán las calles del municipio esos días, Nuria se muestra positiva: «A priori pensamos que es buena gente la que va a venir y que cuidará el entorno; o eso esperamos». Ambas profesoras acaban concluyendo con la posibilidad de participar en la cita musical: «A lo mejor sí vamos, y sería nuestro primer festival; pero si no, ¡casi podremos escuchar los conciertos desde casa!», apuntan divertidas.
RAFAEL MARÍN SÁNCHEZ
Por el parque Bellavista paseaba con su perrita Luna Rafael Marín Sánchez, de 76 años. Según se le nombra el auditorio Miguel Ríos, piensa en el cantante. «Para mí es de los más importantes». Pero no es el histórico rockero el que viene, se le advierte. «Ah, entonces no creo que vaya», resuelve.
Rafael lleva un cuarto de siglo viviendo en Rivas, la mayor parte del tiempo en Covibar y, desde hace un año y medio, cerca del auditorio que lleva el nombre del artista que más admira. RD le informa sobre la llegada del En Vivo y lo que puede suponer a la ciudad. «Me parece bien, aquí hay muchos jóvenes». Además, «hoy la vida está muy mal; que se hagan cosas así está muy bien».
Pero ese agobio lo describe Rafael con satisfacción, y justifica las aglomeraciones que en ocasiones encuentra en la zona en la que vive. «A veces me agobio un poco por los coches, pero bueno, eso es propio de la circulación». Sobre el impacto del festival en la ciudad, concluye: «Hoy la vida está muy mal; que se hagan cosas así está muy bien». Y se despide risueño con un deseo de buena suerte.
