«El alma de Rivas se está haciendo»
Texto: Nacho Abad Andújar
¿Se puede ser feliz levantándose a las cuatro de la madrugada? «Con cierta dificultad», responde Pepa Bueno (Badajoz, 1966), presentadora y directora del programa ‘Los desayunos de TVE’, que emite la cadena pública de lunes a viernes de 9.00 a 10.15 horas.
Esta mujer de 38 años, sonrisa oceánica y mirada despejada, vive en Rivas Vaciamadrid desde hace tres. Cuando la ciudad duerme y aún no ha amanecido, ella se levanta para preparar su jornada de trabajo. ¿Y qué desayuna la presentadora de los desayunos? «Mucho: fruta, tostadas, zumo, café o infusión». Y a partir de ahí, un trecho laboral de doce horas, hasta las cinco de la tarde.
Bajo el fuego de sus preguntas se han cocido políticos como el exministro del Interior Ángel Acebes, cuya entrevista para explicar la política informativa del anterior Gobierno tras los atentados del 11-M es especialmente recordada.
Pero ella prefiere mencionar el encuentro con figuras veteranas como Santiago Carrillo o el teólogo Miret Magdalena. «Estaban tremendamente lúcidos, con mucha sabiduría encima y poca crispación. Fueron entrevistas muy fáciles y donde aprendí mucho», recuerda.
Reconoce que no es fácil el género entrevista. Y menos en televisión. «Tienes que encontrar tu tono y el del personaje; conseguir que esté relajado para que te cuente cosas y, a la vez, mantenga cierta tensión para que lo que cuente tenga interés. Y todo ha de salir bien a la primera».
Pepa Bueno encaja perfectamente con el perfil de habitante local. Está casada y tiene una hija de cinco años. Una niña «que se considera absolutamente ripense», aclara. Cuando se le pregunta cuál es el alma de Rivas, replica: «Se está haciendo. El alma es muy joven: es un carrito o una tripa embarazada. Y eso da mucha alegría. Pero aún falta personalidad».
Dice que le sorprendió la ciudad cuando empezó a conocerla. Se vino abajo el concepto de ciudad dormitorio. «Me impresionó la vida asociativa que había, la intensa programación cultural y la participación de la gente en la vida local». Y, como otros muchos, menciona el especial cuidado que el Ayuntamiento pone con los temas educativos: «Eso de tener construido el colegio o el instituto antes de que se finalice un barrio es un lujo que pocos municipios se pueden permitir».
Pepa Bueno vive en los alrededores del parque Bellavista. Uno de lo espacios verdes, junto con el Cerro del Telégrafo, por el que suele pasear. Pero no todo es azul. Asegura que Rivas Centro «es una grúa». «Entiendo que es difícil mantener limpia una ciudad que se está construyendo, pero habría que esforzarse por hacer más agradables las calles y crear más espacios de encuentro, no puede ser que éstos sean los centros comerciales», se queja.
Periodista itinerante
Con el nuevo espacio informativo que dirige, Pepa Bueno se aleja de su anterior etapa profesional. Fue la subdirectora de ‘Gente’ (TVE 1), el informativo de sucesos. «Son dos mundos radicalmente distintos, pero todo sirve en esta vida», expone.
El anterior programa abordaba «temas muy populares, pero con mucho rigor informativo». Ahora, en cambio, se ocupa de «la política que hacen los políticos». Asegura tener una mirada «más amplia y enriquecida». Y tiene claro que «la vida empieza y acaba muy lejos de la Carrera de San Jerónimo».
Esta mujer ha trabajado siempre en medios públicos, RNE y TVE, excepto una etapa en Diario 16. Se estrenó con la radio en Extremadura, donde nació, para ir luego a Aragón. Pasó a la televisión en 1991 como jefa de Informativos del Centro Territorial de TVE Andalucía. Y luego aterrizó en Madrid. Un itinerario intenso: un viaje a Ítaca periodístico. «Está muy bien haber sido periférica. Tu mirada es más extensa, más rica». Y añade: «No creo que el viaje haya terminado».
Sabe que el periodismo «como negocio no es inocente. Mi profesión no es ningún sacerdocio ni las empresas tienen fines altruistas. Otra cosa es el trabajo de los periodistas, que deben hacer su labor con la mayor honestidad posible». Y lanza una reflexión jugosa: «El problema ahora es que hay que tirar de los periodistas jóvenes, en lugar de frenarlos. Estamos creando una generación de periodistas que tiene tan claro el mundo en el que vive y la empresa en la que trabaja que se pone el parche antes de que le salga el grano».
Se declara defensora a ultranza de los medios públicos: «Es imprescindible que haya medios públicos fuertes e independientes». Y aspira a trabajar en una televisión pública «que no sea residual, que la vea mucha gente».