¿Cuál es el truco para huir de la polarización creciente tras el inicio de la crisis sanitaria? El alcalde de Rivas, Pedro del Cura, responde con dos palabras: “Humildad” e “información”. “Por mucha responsabilidad que se tenga como alcalde, en esta situación hay que ir de la mano”, apunta Del Cura. En su opinión, “es mejor que todo funcione a que un alcalde se haga fotos haciendo cosas que luego resultan fallidas”. El alcalde ripense, que asegura no haber descansado un solo día tras el inicio de la crisis, ha preferido mantener un “perfil bajo” para potenciar un “perfil colectivo de ciudad”. Es, según su punto de vista, “la marca de Rivas”.
¿Cuál fue la prioridad del Ayuntamiento en cuanto comenzó la crisis sanitaria?
Cuando nos encontramos con los cierres de los centros de mayores y de día, nuestra prioridad fue garantizar todo aquello que tenía que ver, en primer lugar, con las personas mayores. El enfoque entonces era el de cuidar al sector de mayor riesgo. Hay que tener en cuenta que todo lo que hacíamos era en base a una información que cambiaba constantemente y que se tenía de un día para otro. Enseguida también cerraron los colegios y tuvimos que poner en marcha toda una logística para garantizar los servicios más fundamentales a la población escolar que ya no podía asistir a los centros educativos, como la comida a domicilio, la entrega de tablets y tarjetas SIM… Lo prioritario en este sentido era el asegurar la enseñanza a distancia. Una vez atendidas las necesidades de nuestros mayores y nuestros peques, vino toda la organización municipal para entregar equipos de protección no solo al personal sanitario sino también a la plantilla del Ayuntamiento que debían seguir prestando servicios de manera permanente.
Se habla mucho del papel del Gobierno o la Comunidad, pero, ¿qué rol juega un ayuntamiento en una situación como esta?
Lo digo siempre: todo lo que se publica en el Boletín Oficial del Estado (BOE) por la noche, tiene que aplicarse por la mañana en el Ayuntamiento. La ejecución y aplicación de todas esas órdenes se hace en los municipios. Por tanto, los municipios, sin prácticamente información y sin ayudas económicas, nos hemos tenido que echar a la espalda toda la gestión de la crisis sanitaria, social, policial, de apoyo a la población… En Rivas teníamos un punto a favor. Gracias a que contamos con un tejido social muy potente y tenemos identificados ya a los perfiles de mayor riesgo, más vulnerables, hemos podido garantizar en muy poco tiempo que todos tuvieran comida en su casa, que se les recogiera la basura a domicilio… Si tienen algún problema, saben que su Ayuntamiento va a estar ahí. Un ejemplo de cómo trabaja un municipio en estas circunstancias es el de las mascarillas, cuando dijeron que se distribuirían en el transporte público. Las mascarillas llegaron un domingo a las ocho de la tarde y a las seis de la mañana estábamos ya en las puertas del metro y en las paradas de autobús, con una logística completamente organizada, para que ningún vecino entrar en el transporte sin protección. Todo esto, insisto, sin medios, sin apoyo económico y recibiendo el alcalde la información como lo hacía cualquier vecino, enganchado al 24 horas en la televisión como si no hubiera un mañana.
Toda esta atención urgente afecta, entiendo, al Plan Presupuestario que tiene ya planeado un municipio.
En una situación así no piensas en el Presupuesto, sino en garantizar que las cosas salen adelante. Luego ya veremos cómo nos organizamos. Por eso lo primero fue pensar en los vecinos, en las empresas… Un ejemplo de esto es el haber retrasado el calendario fiscal para no generar más gastos a la población y a los comercios entre tanta incertidumbre. Luego ya veremos cómo nos gestionamos presupuestariamente. Por suerte, Rivas ya tenía una red de apoyo y atención y lo único que hemos tenido que hacer ha sido ampliarla, no ponerla en marcha. Ya teníamos la Red de Recuperación de Alimentos, Cruz Roja, Cáritas, una agrupación de voluntariado civil… Ya existía la infraestructura y solo hemos tenido que dotarla de más recursos. Además, Rivas tiene un perfil de compromiso poblacional muy fuerte, hasta tal punto que de repente hemos tenido la posibilidad de repartir material sanitario a varios hospitales de la Comunidad de Madrid, residencias… Y todo ello gracias a las donaciones de empresas y vecinos en un momento en el que el personal sanitario estaba con bolsas de basura, no llegaban los famosos aviones, y el Gobierno y la Comunidad estaban inmersos en fuego cruzado.
¿Cómo ha sido la relación del Ayuntamiento con las distintas administraciones?
La comunicación no ha sido mala. Hemos tenido, por ejemplo, una línea de Comunicación muy fluida con el Hospital del Sureste, con las dos residencias que hay en la ciudad, y una buena coordinación con el 112 y el mando único a nivel policial. Con la Consejería de Sanidad ha sido un poco más complicado, sobre todo en la exigencia de medicalización de las residencias y en la búsqueda de información respecto al reparto de mascarillas o la realización de test. La sensación es que la presidenta de la Comunidad de Madrid ha estado más pendiente de confrontar con el presidente del Gobierno que de atender las necesidades de los municipios madrileños. Por suerte, en Rivas todos los partidos políticos hemos estado trabajando unidos. Tenemos un grupo de Telegram y ahí compartíamos toda la información y todas las decisiones que se iban tomando. Ha funcionado muy bien. Por otro lado, con el Gobierno de España la relación ha sido sobre todo con Delegación de Gobierno para el reparto de mascarillas y el envío de dos partes diarios sobre incidencias en materia de cumplimiento del estado de alarma. Cada semana, yo mismo me reúno en la Comisión de Coordinación de la Junta de Seguridad tanto con el comandante de la Guardia Civil como con Policía Local.
En el país se está viviendo una polarización cada vez mayor. ¿Cuál es el truco de Rivas para que esto no sea así?
Primero, la humildad, darse cuenta de que por mucha responsabilidad que se tenga como alcalde, en una situación así hay que ir de la mano, porque esta crisis nos afecta a todos. Y luego, compartir mucho la información. Es la clave, escuchar. Cuando vas tomando decisiones y las compartes, la gente entiende que al final son las medidas que había que tomar, e incluso en muchas ocasiones las decisiones que se han tomado han sido fruto de consejos o iniciativas y propuestas de otros partidos. Se ha mantenido una línea constante de comunicación, mañana, tarde y noche, con todos los partidos políticos. Hemos puesto en marcha, además, una campaña potente de comunicación a la población. No había día que no hubiera varios mensajes de asesoramiento a los vecinos y vecinas, hasta la Policía Local ha abierto un canal de comunicación con la población. Todo esto ha permitido que la población ripense viera una Administración tensionada, trabajando unida.
Aunque todavía no haya terminado la crisis sanitaria, ¿cuál es el primer paso que ha de dar Rivas cuando todo haya pasado?
Lo que tenemos que hacer es anticiparnos, y creo que lo estamos logrando. Cuando termine el estado de alarma y lleguemos a esa llamada nueva normalidad, tenemos que tener sobre la mesa una hoja de ruta para Rivas. Lo deseable es que estuviera en consonancia con otra a nivel autonómico, estatal y hasta europea. En todo caso, nosotros vamos a hacer nuestro trabajo. Por eso este mes de junio estamos reuniéndonos en varios foros de trabajo para lograr un Pacto de Ciudad sobre la base de un acuerdo marco alcanzado con la patronal y los sindicatos. Estamos trabajando en el ámbito social, de personas autónomas, empresarial y político con el objetivo de alcanzar un Pacto que no sea solamente un compendio de lugares comunes y un catálogo de medidas, sino que se convierta en un lugar de encuentro para que esta ciudad salga de la crisis con la menor destrucción de empleo posible, con el menor número de empresas cerradas posible, y con el menor drama social posible. Tenemos que alcanzar la mayor reducción de daños posible a través de los actores clave de la ciudad. Ahí es donde plantearemos los recursos económicos para hacer viable una salida mejor de esta crisis.
Ha vuelto a insistir en la necesidad de derogar la ley Montoro.
Si no se hace, no es posible salir de esta. Con el dinero de Europa no parece que vayamos a llegar, y la Comunidad, lejos de aplicar un Fondo de Contingencia para los Ayuntamientos, que hemos reclamado, solo ha sacado una medida de calado, y es el cambio de la ley del Suelo para seguir construyendo. Por eso es importante que los fondos de los que disponemos los Ayuntamientos, que somos quienes conocemos la realidad de lo que pasa en las ciudades, podamos destinarlos al desarrollo económico, a un plan de inversión pública potente y a políticas sociales. Pero nos tienen que dejar hacerlo. Seguimos intervenidos por unos Presupuestos y por una regla de gasto que estableció el Gobierno de Mariano Rajoy a través de la llamada ley Montoro. El Gobierno debe derogar esa normativa y dejarnos a los Ayuntamientos utilizar esos fondos, además, claro, de las ayudas y fondos que puedan llegar de otras Administraciones o del ámbito europeo.
¿Qué medidas se han llevado a cabo para paliar el daño en los comercios o empresas de la ciudad?
Hemos trabajado y seguimos haciéndolo en distintas iniciativas con todos ellos. Fuimos la primera Administración de España en, como he dicho, retrasar el calendario fiscal. Nos reunimos con representantes de empresas y comercios de Rivas antes incluso de que se decretara el estado de alarma para ir avanzando en varias medidas. Estamos trabajando con ellos en la bonificación de tasas, como hemos hecho con las de las terrazas en la hostelería, en campañas de digitalización de microempresas… Hay una interlocución semanal con empresas y sectores productivos de la ciudad para ver en qué medida podemos ayudar a potenciar el consumo. Para eso tiene que mantenerse el poder adquisitivo de la gente, por tanto es importante mantener los puestos de trabajo. La mayor salvación de las empresas en Rivas es la propia población ripense consumiendo en su ciudad. Si lo hacemos, garantizaremos que la situación económica salga a flote. Si somos capaces de consumir en nuestro circuito interno, salvaremos muchos puestos de trabajo y mantendremos abiertos muchos negocios.
¿Cómo se mantenía activa la ciudad cuando todo el mundo estaba en sus casas?
Rivas es una ciudad fundadora de la Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI) y se pone siempre como ejemplo de Smart City. Hemos conseguido que la ciudad siga funcionando de manera telemática. En tan solo 48 horas hemos puesto a teletrabajar a más de 400 trabajadores y trabajadoras, garantizando que la atención ciudadana siguiera funcionando. No ha habido un solo teléfono comunicando, todos los servicios municipales han seguido activos: personal de mantenimiento, Policía, recogida de residuos, limpieza, jardinería… Todos ellos han estado dando el callo en los momentos más duros y de mayor miedo. Lo que hemos establecido es un sistema de coordinación del equipo de Gobierno y de Dirección para que el trabajo saliera adelante, todo ello cuidando y asegurando la protección y salud de nuestra plantilla. Pero teníamos en cuenta que cuando los vecinos y vecinas estaban en sus casas, la ciudad debía funcionar todavía más, si cabe. Hemos entendido que en este momento los servicios públicos son más necesarios que nunca. No hemos tenido prácticamente ninguna necesidad desatendida: reclamaciones, intervenciones… Si a eso le sumamos ese tejido social organizado, nos hemos podido permitir, entre comillas, el lujo de llevar material sanitario a otras residencias y hospitales porque estaba bien atendido el trabajo en la ciudad.
Existe mucha polémica con la realización de test. ¿Cada ayuntamiento debería realizarlos en la medida de sus posibilidades o es algo a realizar de manera coordinada?
La protección a la población es competencia de las autoridades sanitarias. Nosotros hemos estado a la orden desde el minuto uno para que nos digan cómo debemos proceder. En abril envié una carta a la presidenta de la Comunidad para ver en qué términos se repartirían mascarillas o se realizarían test, pero no me ha respondido, ni a mí ni a la Federación Madrileña de Municipios (FMM). ¿Y qué ha pasado? Que hemos visto repartos de mascarillas defectuosas, test masivos vestidos de estudios de seroprevalencia con entidades privadas… Creo que no es bueno que se dé la sensación de que en un mismo territorio existan ciudadanos de primera y de segunda, o que un alcalde o alcaldesa pueda decidir en qué gasta el dinero público en material sanitario cuando es competencia de otra Administración. Lo lógico es que si se hacen test, se haga en todo el territorio y en igualdad de condiciones y los Ayuntamientos arrimemos el hombro cuando nos toque en nuestra ciudad. Yo he tenido una reunión con el gerente del Hospital del Sureste a principios de junio y, aparte de darle las gracias, también le he preguntado si se hará algún estudio y qué necesitan del Ayuntamiento para realizarlo. Es muy mala noticia escuchar al Ministerio y a los profesionales sanitarios pidiendo que no se hagan test masivos pero que luego un Ayuntamiento o una Comunidad los haga a su manera y sin coordinación. Esto no son luces de navidad o cabalgatas de reyes, es un tema muy serio, estamos hablando de la salud de la población y tenemos que estar todos a una. Por lo tanto, nosotros seguiremos reclamando que los test se hagan si son la mejor manera de controlar el virus y conocer su evolución, pero tiene que ser la Sanidad Pública quien nos asista y diga cómo hacerlo, porque es lo que dice la ley: es competencia de la Comunidad en coordinación con el Ministerio. Causa bastante estupor ver al Ministerio de Sanidad diciéndole “A” a la Comunidad, a la Comunidad diciendo “B”, y a un Ayuntamiento yendo por “C”. No podemos jugar con la salud de la gente. Hay que seguir una lógica coherente e ir todos juntos, siguiendo instrucciones de la Comunidad y el Gobierno. Así seguiremos haciéndolo.
¿Ha habido tiempo para seguir con las reivindicaciones anteriores a la crisis sanitaria?
Nosotros no hemos dejado de trabajar. Por poner un ejemplo, se sigue trabajando con los técnicos de Fomento el acceso a la M50 y seguimos reclamando al consejero de Educación de la Comunidad una cita por videoconferencia para hablar de la emergencia educativa. También hemos escrito al Consejo de Transportes para ampliar vagones de Metro y la flota de autobuses… No hemos parado de trabajar. Ahora empiezan las obras de ampliación y mejora de las aceras de Covibar. La ciudad no se ha parado. Nada más decretarse el estado de alarma, hubo Junta de Gobierno, Plenos, Mesas de Contratación… Además, después de la crisis sanitaria, las reivindicaciones son todavía más acuciantes. Dijimos que hacía falta un centro de salud en el barrio de la Luna y cuando nos hemos encontrado con los centros de Atención Primaria cerrados, hemos visto que efectivamente una ciudad como Rivas, sin hospital, requiere una atención sanitaria mucho más organizada. Necesitamos una buena atención de urgencias, un centro de especialidades sanitarias… Ahora no tienen excusa.
Respecto a la emergencia educativa, si los centros en Rivas ya superaban el ratio de alumnado por aula, ¿cómo se hará ahora con la ‘nueva normalidad’?
Si no abren ahora, lo harán en dos meses, y no tenemos todavía información alguna de la Consejería de Educación. Nosotros estamos avanzando desde la Concejalía de Seguridad y Movilidad un plan de acceso donde priorizaremos el acceso peatonal y ciclista además de plantear diversas entradas a los centros para evitar aglomeraciones. Hemos desinfectado los centros, el personal sigue trabajando, atendiendo necesidades de las familias… Pero es la Administración educativa la que debe decirnos cómo se va a organizar la escuela a partir de ahora.