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Escuela municipal de yudo: arte sobre el tatami

El Judo Club Rivas es, desde hace casi tres décadas, una institución en esta disciplina deportiva, tanto dentro como fuera del municipio.

Escuela municipal de yudo: arte sobre el tatami

Texto: Patricia Campelo

Revise su álbum familiar. Si fue niño o niña en los años 80 o 90 es probable que encuentre imágenes suyas o de sus amistades, tal vez en cumpleaños u otras fiestas infantiles, con el tradicional kimono blanco de yudo. Este deporte se popularizó en aquellos años, siendo la estrella de las incipientes actividades extraescolares o, en algunos casos, la única.

En los años 80, además, el cine y la televisión acercaban las artes marciales, y otras disciplinas como el kárate o el taekwondo ganaban adeptos. Por su parte, el carácter aglutinador del yudo empezaba a enganchar a yudocas de dos generaciones, y algunos de ellos y ellas continúan hoy con esta práctica.

En el municipio, la referencia de este deporte de contacto recae sobre el Judo Club de Rivas, una institución dentro de esta disciplina, con cerca de 700 personas adscritas a la entidad, ya sea como alumnado de actividades extraescolares en colegios de Rivas y alrededores, de la escuela municipal o como deportista de competición. La historia del club se remonta a 1988, cuando el primer colegio que abrió en Rivas, La Escuela, incorporó el yudo como actividad extraescolar.

«Llegamos a tener unos 100 niños en grupos de treinta y tantos. Algunos de los que hoy son políticos de Rivas pasaron por aquellas clases», rememora Francisco Lorenzo (Paco), director de la entidad. Después ampliaron expectativas, dando clases como escuela formal de esta disciplina, y años más tarde llegó el club, donde además entrena gente que participa en competiciones oficiales. Desde 1992 practican y aprenden en el polideportivo Cerro del Telégrafo.

Una tarde cualquiera de octubre, un grupo de yudocas se ejercita en la sala ubicada bajo la grada de la pista de atletismo, su ‘templo’ habitual. «Las edades oscilan de los 14 a los 50 años», explica Paco, cinturón negro octavo dan, mientras enseña a ‘Rivas al Día’ el funcionamiento de una clase semanal. Descalzos sobre el tatami, algunos deportistas agarran con fuerza sus cinturones al explicar el color que han ganado mientras otros practican patadas al aire, barridos e inmovilizaciones.

«Están haciendo randori, combate de yudo: las técnicas que van aprendiendo las ponen en práctica en una pequeña competición entre ellos», explica el docente. Buena parte de quienes acuden cada semana a practicar en estas instalaciones municipales forma parte ya del alumnado veterano del club y de la escuela. «Quien lo prueba al final sigue, y quien lo ha dejado por estudios o trabajo vuelve al cabo de los años. Es un deporte que engancha. En lo deportivo porque ejercitas todos los músculos. En lo social porque se centra en la relación con la gente con la que luchas. Y eso te aporta mucho», argumenta.

Una mezcla de velocidad, fuerza y resistencia caracteriza a esta disciplina deportiva que también trabaja la defensa personal. El Judo Club Rivas ofrece cada año cursos específicos dirigidos a mujeres desde esta perspectiva. En el caso de la infancia, niñas y niños comienzan a adquirir las técnicas de esta práctica japonesa a los cuatro años. «Lo aprenden todo mediante el juego», especifica el director.

Otra particularidad del yudo tiene que ver con las motivaciones que empujan, a veces, a padres y madres para apuntar a su prole: «Si son niños muy tranquilos, se pueden volver más activos. Y si son muy nerviosos, les sirve para canalizar esa ansiedad», apunta Paco.

PROPUESTAS VARIADAS

Yudo en el mes de la mujer; doce horas seguidas de yudo; campeonato técnica de oro; yudo en familia¿ El club se reinventa y trata de llegar con sus actividades a todos los públicos. Uno de sus profesores, Daniel Martín, de 47 años e ingeniero de telecomunicaciones de profesión, cuenta que hace dos décadas obtuvo el cinturón negro, y el pasado verano, el sexto dan [graduación progresiva que aumenta el valor del cinturón].

«Es una satisfacción personal llegar a un límite superior, a una alta graduación de cintur ón», reconoce. «La carrera de yudo no acaba nunca, y esto es una meta más», añade. Daniel se inició con cinco años. «Era una actividad más de las que podía practicar y me gustó. Me enganché y aún sigo», asegura este vecino de la zona de Santa Mónica que acude a la sala dos días a la semana para entrenar y otros dos para impartir clases. «Entrenar es un hobby y disfruto dando clase. Me agrada enseñar a otros lo que he aprendido estos años», concluye.

María Cabas (25 años) es una de las muchas mujeres que han convertido el yudo en su deporte predilecto. En su caso, además, esta práctica le ha llevado a obtener el segundo puesto en el campeonato de Madrid y el quinto en el de España. Todo ha sucedido este año. «Al principio no pensaba que iba a llegar tan lejos. Luego me dio rabia tenerlo tan cerca y no poder conseguirlo, pero estoy contenta, quedan años. Quiero seguir compitiendo y me toca entrenar mucho más», asume esta ripense yudoca que luce el cinturón negro tercer dan y que practica desde los siete años.

SIETE COLORES

Uno de los veteranos del club, José Hurtado, de 53, ensalza los beneficios saludables de este arte japonés. «Me comparo con compañeros de trabajo y, después de 30 años volando, físicamente noto las diferencias, la resistencia en el trabajo y la salud», apunta este auxiliar de vuelo que acude a entrenar en sus ratos libre, aunque también confiesa practicar «en los hoteles», entre vuelo y vuelo.

«Empecé con 12 años, pero en un campeonato de España me lesioné el brazo derecho y lo dejé. Hace unos años encontré el Judo Club y volví a empezar. Ahora es mi casa», se sincera. «Mientras me pueda atar el cinturón, seguiré», advierte.

Los colores del cinturón reflejan la filosofía yudoca: desde la ingenuidad del blanco, pasando por el descubrimiento del amarillo, a la ilusión o el amor del naranja y al marrón, que simboliza el inicio del conocimiento. En total, siete los colores que culminan en el negro del experto y en el blanco y rojo.

JUDO CLUB RIVAS

www.judoclubrivas.com

607 430 533 / pacoloren@hotmail.com

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