Reportaje: Eugenio G. Delgado. Fotografía: Luis García Craus
Las mujeres de Rivas disponen de una excelente oportunidad para iniciarse en el ciclismo de montaña y para practicarlo en grupo en el entorno natural de la ciudad gracias a Cristina García Pulido, una joven extremeña de 29 años, vecina de Rivas desde finales de 2015.
Cristina es la líder en la ciudad del proyecto Women in Bike, promovido por la Real Federación Española de Ciclismo (RFEC) dentro del programa Universo Mujer del Consejo Superior de Deportes (CSD).
«El objetivo de las quedadas es impulsar el ciclismo femenino, visibilizarlo y empoderar a las mujeres, que se inicien en el ciclismo como actividad lúdica y saludable, por lo que no se busca competición. Muchas no montan en bici por no salir solas, porque no saben por dónde o porque se aburren de ir por los mismos sitios. Los beneficios de salir en grupo son superación, motivación personal, compañerismo y pasar un buen rato con otras mujeres. Además, el deporte lo puedes aplicar a tu día a día: te fortalece y te ayuda a vencer tus miedos. Como líder de estos paseos guiados en bicicleta tengo que conseguir que se enganchen al deporte y que vuelvan. Y está dando resultado porque no se ha borrado ni una y cada vez somos más», afirma Cristina.
La vecina ripense comenzó a hacer quedadas en noviembre de 2018 y ya ha realizado más de 20. En enero se convirtió en líder, una especie de promotora encargada de las quedadas ¿sólo hay 65 en toda España-, que debe pasar un curso online de la RFEC en el que se aprende mecánica básica, la mejor forma de preparar rutas y los fundamentos del proyecto Women in Bike.
RUTAS DE 20 A 60 KILÓMETROS
«Empezamos tres mujeres y en las últimas quedadas ya somos más de 30. Mi función es dinamizar el grupo y proponer rutas, pero cualquier compañera puede plantear recorridos», explica la ciclista.
En sus comienzos, realizaban rutas de 20 kilómetros, pero ya han completado varias de 60. «Algunas mujeres preguntan si van a poder aguantar el ritmo, completar la ruta o saber arreglar un pinchazo, pero para eso estamos el resto, para ayudar. Como es normal que haya diferentes niveles, yo siempre me quedo atrás con las que se sienten más inseguras. Es una gozada ver cómo van ganando confianza y superando sus límites. El ciclismo es un deporte muy social y se disfruta mucho más en grupo», asegura Cristina, terapeuta ocupacional en una residencia para personas mayores.
LA BELLEZA DE LOS PAISAJES
Cristina García Pulido destaca otra de las razones por las que el grupo ripense continúa aumentando: «La belleza de los paisajes de Rivas. El 60 por ciento somos chicas de Rivas, pero las que vienen de fuera, ya sea de Madrid, Alcalá, San Fernando de Henares, Coslada o Alcobendas, se quedan prendadas con la belleza del entorno que rodea Rivas y con los preciosos paisajes por los que rodamos».
La vecina ripense propone dos rutas, una de nivel moderado y otra de exigencia más alta. «La primera es corta, muy bonita y fácil, de 30 kilómetros. Se trata de empezar en la laguna de El Campillo, dar una vuelta a su alrededor porque es preciosa y está al lado los cortados de El Piul, y luego poner rumbo a Velilla de San Antonio por donde pedalearemos entre árboles y al lado del río Jarama para llegar a las lagunas de Velilla. Es una ruta perfecta para época calurosa porque cruza zonas sombrías que te protegen del sol», señala.
La segunda es un poco más complicada: «Sin pasarse, que aquí se trata de hacer deporte y pasarlo bien. Salimos de Rivas desde el parking de la laguna de El Campillo y nos dirigimos hacia San Martín de la Vega por el carril, volviendo por el desprendimiento y la presa del Rey. Son 45 kilómetros».
Y Cristina, casi como propina, añade una más: «Otra ruta muy bonita y de dificultad moderada es la que sale de Rivas, pasa por el desprendimiento y la presa del Rey y llega a La Marañosa, un recorrido espectacular de 20 kilómetros que se desarrolla entre pinares».
CONTRA LOS MACHISMOS
A pesar de que el deporte femenino está en auge, Cristina y sus compañeras todavía tienen que luchar contra actitudes reprochables cuando salen.
«Sufrimos micromachismos como comentarios de hombres cuando nos cruzamos del tipo: ‘¡Vamos, chicas guapas!’ o ‘Echaos a un lado, que vais muy despacio’. También se sorprenden cuando nos preguntan cuántos kilómetros hacemos y se lo decimos. Es como si no nos consideraran capaces», denuncia y añade: «También queda mucho por hacer en las competiciones porque algunas no tienen categoría femenina. Estas quedadas sirven para demostrar que podemos montar y competir como ellos».
El pasado abril, Cristina realizó, en colaboración con la Policía Local y la Concejalía de Mujer del Ayuntamiento de Rivas, un encuentro sobre educación vial en el Área Social del Parque de Asturias. «Es muy importante para evitar riesgos. Asistieron más de 30 personas. También quiero realizar una taller sobre superación y los beneficios físicos y mentales del ciclismo para personas con enfermedades crónicas y otro sobre mecánica básica», comenta.
En la línea de la promoción del ciclismo femenino, Cristina García Pulido expresa un último sueño: «En un futuro próximo me gustaría crear una marcha de bicicletas de montaña en Rivas sólo para mujeres».
