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Adrián Bajo y su perra, subcampeones de España

Con 21 años, es una figura del Agility, modalidad deportiva donde un guía dirige a su can entre obstáculos. Es 7º del mundo y 2º de España.

Adrián Bajo y su perra, subcampeones de España

Texto: Nani Cores.   Fotografía: Luis García Craus.

Fue el dramaturgo y novelista estadounidense Thornton Wilder quien dijo una vez que «muchos que han dedicado toda su vida al amor pueden contarnos menos sobre él que un niño que perdió a su perro ayer».

De amor canino, precisamente, sabe mucho el ripense Adrián Bajo. Hace una década, cuando muchos niños de su edad salían al parque a lanzar unas canastas o pasaban las horas muertas echando unas partidas con la consola, él decidía empezar a entrenar a su perrita de entonces, Sira, en una modalidad deportiva llamada Agility.

«Empecé porque desde siempre me han encantado los perros. Conocí el Agility por la televisión, lo veía siempre que ponían competiciones y luego dio la casualidad de que mi prima tenía un conocido que lo practicaba y me llevó a una competición para verlo en vivo».

Adrián tenía apenas diez años pero el flechazo fue instantáneo. «Poco después, fui un día a entrenar por probar, al final me enganché y hasta ahora».

Recién cumplidos los 21 el pasado mes de mayo, Adrián puede presumir de ser una las jóvenes promesas de esta disciplina a nivel mundial. A finales de abril se proclamaba, junto a su actual perra Sucre (una border collie de cinco años), subcampeón de España en la categoría estándar del Campeonato de España de Agility organizado por la Real Sociedad Canina (RSCE) y en el último Mundial, celebrado en la República Checa en octubre del año pasado, quedó séptimo en la final de la general (este año volverá a participar en la cita de octubre en Suecia).

¿Pero en qué es realmente el Agility? Se trata de un deporte creado en Inglaterra en 1970 que consiste en que un binomio formado por un guía y un perro tienen que realizar un circuito de obstáculos colocados en un orden determinado, con el menor número de faltas en el menor tiempo posible.

Algo nada sencillo, ya que se trata casi casi de una especie de baile en pareja donde cada paso entre perro y guía se calcula al milímetro. «Lo más difícil es encontrar el punto de compenetración con tu perro porque al final sois dos en la pista y sentirte cómodo cuando sales con él», explica el ripense.

No hay unas razas mejores que otras para practicar este deporte. Para Adrián «lo principal es que el perro tenga ganas de hacer cosas contigo, que se motive fácilmente con cualquier cosa».

Sucre, a la que entrena desde cachorro y que comenzó a competir con tan solo 18 meses (el mínimo reglamentario), posee ese ‘gusanillo’ y una especial pasión por su amo: «siempre quiere hacer cosas, siempre está pendiente de mí y quiere estar conmigo, es muy fácil hacer cualquier cosa con ella».

Según los expertos el Agility es un deporte fantástico para trabajar la obediencia, los miedos del perro y para aprender a jugar correctamente con nuestras mascotas, sin embargo para este vecino de Rivas lo fundamental es «el vínculo especial que creas con tu perro, la relación que nace entre los dos, por eso para mí son casi más estimulantes los entrenamientos que las competiciones».

A pesar de que en España no hay demasiadas personas que se dediquen al Agility de manera profesional, «lo normal es que sea un hobby, es muy difícil poder vivir de esto, la gente tiene sus trabajos y luego en sus ratos libres entrena con sus perros», Adrián ha tenido la gran suerte de hacer de su afición de niñez un trabajo en toda regla e, incluso, liarse la manta a la cabeza hace tres años para montar su propio centro de entrenamiento, Agility Indoor, con sede en Arganda.

«Fuera de España siempre se ha llevado mucho lo de tener un sitio indoor para entrenar, un sitio cubierto, en España no lo había. Decidimos probar suerte y lo montamos. Fue el primero de este estilo, ahora mismo hay dos más pero en Madrid sí que es el único. Mi siguiente proyecto es montar otro al aire libre», dice este joven empresario sin miedo a nuevas aventuras.

Reconoce que en España «nos falta todavía un puntito» para llegar al nivel de europeo: «Es verdad que fuera de nuestro país el mundo del perro se vive de una manera más profesionaliza». Alemania, Suecia y Finlandia son los países más punteros en esta disciplina pero «en los últimos cinco años hemos evolucionado mucho, hemos aprendido de otros profesionales, ha crecido en nivel, hemos empezado a movernos y a salir más a competir fuera y eso nos ha traído buenos resultados».

¿Cómo se plantea el futuro para alguien que tan joven ha hecho tanto ya? «Como gustar, me gustaría llegar lo más arriba que pueda en un mundial aunque sea difícil. ¿El próximo reto? El Open Europeo que se celebra en Austria a finales de julio». Allí Adrián y Sucre se verán las caras con otras 500 duplas de perro y guía. Ante menudo reto solo nos queda exclamar, ¡suerte y guau! ·

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