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Ciclismo en carretera en Rivas: rodar y rodar

El Club Ciclista Rivas, creado en 1989, reúne a personas de 20 a 60 años movidas por una pasión: pedalear en compañía sobre el asfalto.

Ciclismo en carretera en Rivas: rodar y rodar

Texto: Eugenio G. Delgado

María Dolores Pozo tiene claro por qué practica ciclismo en carretera: «Por la sensación de ir superando tus propios límites. Cada día que sales, te vas encontrando mejor. También me sirve para evadir la mente, para cuidar la salud y, visualmente, es precioso pedalear al aire libre disfrutando de los paisajes y de la sensación de libertad y velocidad». Loli, como la llaman sus personas allegadas y las que pedalean con ella, es la única mujer del Club Ciclista Rivas, un referente en la ciudad para las personas que quieren rutear sobre dos ruedas.

«Es un club en el que te puedes encontrar a gente desde los 20 a los 60 y tantos años. Con la gente que sales en bici, al final, formas una familia. A mí siempre me han tratado de maravilla. Me tienen en palmitas. En Rivas veo a muchas mujeres en bici, pero estoy yo sola en el club. Las animaría a que probaran porque se lo van a pasar muy bien», asegura esta ciclista de 43 años.

El Club Ciclista Rivas cumplirá 30 años de existencia en 2019 y se suelen reunir entre 10 y 30 personas para compartir las salidas en bicicleta de carretera, ya sea entre semana o los fines de semana, cuando más se juntan. Su presidente es Eduardo Montalvillo.

«Lo mejor del club es el ambiente. Se acoge a todo el mundo de maravilla, independientemente del nivel que tengas. Lo importante es compartir nuestra pasión por la bicicleta. Los mejores amigos que yo tengo pertenecen al club. Salir en bici está bien, pero si sales en grupo será mejor. La convivencia es fundamental y se forjan relaciones muy estrechas dando pedales y contándonos cada uno nuestras cosas. Y, claro está, te crea buenos hábitos de salud, de descanso, y fomenta la perseverancia, la superación y el compañerismo», asegura Eduardo a sus 63 años.

David Abed tiene 26 años y lleva saliendo hace uno y medio. El ciclista más joven del club recuerda así su primer día: «Me presenté en pantalón corto y camiseta de algodón. No me fue nada bien y me tuve que dar la vuelta porque estaba desfallecido, pero varios compañeros tuvieron el gesto de venirse conmigo y acompañarme hasta mi casa para que no me pasara nada. En ese momento entendí que no iba a este club sólo por ciclismo, sino que me iban a inculcar los valores del deporte».

LOS LUGARES MÁS BONITOS

Las salidas suelen ser de entre 80 y 120 kilómetros de recorrido, pero alcanzan los 170 cuando están preparando alguna marcha cicloturista. El Club Ciclista Rivas no tiene carácter competitivo, por lo que, a pesar de que existen los piques sanos, siempre pueden disfrutar en sus rutas de un entorno privilegiado partiendo de la ciudad de Rivas.

David elige «Villaconejos, Aranjuez y Colmenar de Oreja. Hay mucho bosque, mucha vegetación, buenas cuestas y apenas coches. La ribera del río Tajo es preciosa y me encanta la subida de Los Molinos», destaca David.

«Las posibilidades son muchas y muy variadas por carreteras secundarias cercanas y con poco tráfico. A mí me gusta que tiremos, sobre todo, hacia el valle del Tajuña. Es espectacular en primavera y en otoño», comenta Eduardo.

Y Loli señala su ruta favorita: «Ir a Chinchón. La ida es bastante dura porque hay muchas cuestas, pero cuando llegas, te tomas algo y el regreso hacia Rivas es en descenso y llaneando. Todo muy agradable».

LA SEGURIDAD ES LO PRIMERO

Un aspecto fundamental en el ciclismo de carretera es la seguridad, como reconocen los tres integrantes del Club Ciclista Rivas.

Eduardo Montalvillo ha sido durante 40 años profesor de autoescuela y lleva pedaleando 30. Por eso, lamenta que haya todavía «tanta falta de conciencia». Los ciclistas nos podemos equivocar alguna vez, pero los conductores deben entender que nosotros podemos circular por las carreteras como cualquier otro vehículo y que somos los más débiles».

En el club, explica, «somos tajantes con la seguridad: es lo primero cuando salimos. Los más peligrosos son los camiones porque son los más grandes y te pueden tirar sin tocarte, sólo con el aire que mueven. Las claves son la educación y el respeto».

«Hasta que no pasa una desgracia, parece que la gente no se conciencia. Yo voy en una bici de aluminio de 10 kilogramos con la única protección de mi cuerpo y cualquier coche pesa más de 1.500. No entienden que la carretera no es sólo suya y que hay que compartirla. Se necesita más educación en los colegios y más anuncios en televisión sobre las medidas de seguridad como lo del metro y medio de distancia», añade David Abed.

Por suerte, ninguno de los tres ha sufrido ningún percance grave, pero sí algunos sustos, como destaca Loli Pozo, quien lleva ocho años en el club.

«Algunos coches pasan intencionadamente cerca para asustarnos o nos pitan como si hubiéramos hecho algo mal por el simple hecho de ir circulando por la carretera. Te ves indefensa.

Por eso, es fundamental el respeto, fomentar la comunicación en los medios, la educación y que la ejecución en las sanciones por accidentes contra ciclistas sean más rápidas para que las personas se lo tomen en serio», comenta.

A pesar de todo, no se les han quitado, ni mucho menos, las ganas de seguir pedaleando, aseguran: «Para nada. El ciclismo en carretera tiene algo que te empuja y que no te deja escapar. Te engancha para siempre».·

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