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Huertos escolares: aprender al aire libre

En Rivas funciona una red de centros escolares que desarrolla actividades medioambientales educativas en espacios verdes ubicados dentro del colegio.

Huertos escolares: aprender al aire libre

Con el ánimo alborozado propio de saberse a las puertas de las vacaciones de verano, un puñado de niños y niñas se esmeraba en el huerto del colegio Los Almendros a finales del pasado mayo.

Ubicado en el patio, detrás de uno de los edificios de planta baja y a la izquierda del parque de juegos infantiles, se erige este vergel que proporciona a quienes en él participan una enseñanza práctica sobre el entorno natural.

A lo largo del pasado curso académico, padres, madres, profesorado, personal y alumnado fueron adecentando la zona hasta transformarla en el huerto que luce ahora: con tres áreas diferenciadas entre ‘green garden’ [cultivos], aromáticas y ‘teaching area’ [zona de enseñanza], flanqueadas por dos espantapájaros, Heraclio e Hipólito, confeccionados por niños y niñas de Infantil, que tratan de preservar la producción hortícola de la amenaza de visitantes ajenos.

«Antes, esto fue un huerto, pero el profesor que lo llevaba se fue hace unos 15 años y se quedó todo parado. Cuando llegué este año pensé que tenía muchas posibilidades», explica a pie de parterre José Espejo, profesor de este colegio bilingüe y coordinador del vergel. En grupos de una decena de estudiantes de la misma edad, José coordina las tareas, y en la ‘teaching area’ llega el momento de la enseñanza del campo.

En esta jornada hablan de compostaje en un inglés fluido. «Una parte de la clase es en inglés y otra en castellano porque es algo que hacen de forma extracurricular», aclara el docente. Es en los recreos de la mañana y del mediodía cuando los chicos y chicas llegan a «hacer cola», en algunas ocasiones, para ofrecer sus manos al trabajo campestre.

«Después, como una vez al mes, se realiza una actividad pautada dentro de sus clases para que vengan al huerto. También hay un comité ambiental que ofrece por las aulas acercarse en el recreo. Siempre hay gente por aquí con alguna actividad, como la de quitar hierbas, algo que les encanta», concreta José.

Este comité, formado también por padres y madres, se encarga en la época estival de vigilar la plantación cada cierto tiempo.

TODO RECICLADO

El huerto echó a andar con el trabajo voluntario y con aportaciones materiales de las familias y del AMPA. Cestas, macetas, maderas, la ropa de los espantapájaros, ollas o cazuelas. Todo reciclado.

«El único gasto económico fue el del bancal y barnizar los paneles», apunta José. Las imágenes y anotaciones del proceso de actualización del huerto quedan registradas en un blog del centro que se puede consultar en internet. «Así ven cómo ha evolucionado».

José sitúa el interés del alumnado en este espacio en la posibilidad de ver «en vivo y en directo» todo lo que leen en los libros. «Cuando observan algo que ya han visto escrito les llama más la atención. Aquí es todo más real», interpreta el profesor. Salvia, curry, tomillo, romero, hinojo o hierbaluisa aromatizan el ambiente. «Estamos plantando lavanda», corea un grupo de tres niños, palas en mano. «El plantón debe ser más hondo», les rectifica José.

A escasos metros, el ‘green garden’ alberga albahaca con tomate ¿»son plantas amigas porque el olor fuerte de la albahaca evita el pulgón»-, calabacín, remolacha o guisantes. La producción que recojan este mes irá a parar al comedor del centro, pero tienen otros planes. «Queremos hacer una jornada gastronómica e invitar a las familias», avanza el coordinador del huerto. Con todo, la cosecha no es el foco principal de la actividad.

«El objetivo es más didáctico que productivo. Se busca que aprendan, que sepan de dónde nace todo». Y logrado ese conocimiento, los pequeños hortelanos se lo llevan a casa, y siguen recabando información.

«Conocieron el purín de ortiga: que se obtiene poniendo en agua esta mala hierba que crece en cualquier jardín y que cuando se pudre tiene muchos nutrientes. Es un fertilizante natural», instruye José. Guillermo, Ibi y Candela, de 11 años, explican esta técnica con soltura. «Es bueno para fertilizar y nutrir el árbol, y que no se lo coman los pulgones». «Este trabajo nos anima a continuarlo en casa», defienden. «Se aprende mucho. Plantar, regar y cuidar es lo más divertido», entonan.

RED DE HUERTOS ESCOLARES

El huerto de Los Almendros se integra en la red escolar promovida desde el centro municipal Chico Mendes, en la que también participan colegios como Dulce Chacón o María Isabel Zulueta.

El objetivo: «Desarrollar actividades educativas medioambientales para compartir y generar recursos, conocimientos y experiencias». «Además, el huerto se configura como un recurso educativo a través del cual se pueden abordar diferentes conceptos ambientales y biológicos, así como concienciar a la comunidad educativa de los beneficios de la agricultura ecológica frente a la convencional», aclara Félix Martín, educador del Chico Mendes que, el pasado mayo, asesoraba a José Espejo sobre un problema con el pulgón.

«Les ofrecemos mantenimiento y asesoramiento. También coordinamos las actuaciones de Rivamadrid, que desarrolla una labor de volteo y acondicionamiento del suelo de los huertos»

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