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Campaña ‘Rivas lo merece’, ¿por qué no?

La Comunidad de Madrid y el Gobierno central han dicho muchas veces 'no' a Rivas. Su población reclama justicia en las redes sociales.

Campaña 'Rivas lo merece', ¿por qué no?

Texto: P. Campelo y J.L Corretjé Fotos: Luis García Craus

No es extraño que a menudo la gente de Rivas se mueva entre el desamparo y la incredulidad. Pese a asumir las mismas obligaciones que el resto de residentes de la Comunidad de Madrid y del Estado, la ciudadanía ripense no accede a los mismos derechos que municipios de tamaño similar o inferior.

Rivas Vaciamadrid, con 83.000 habitantes, tiene más población que nueve capitales de provincia y se halla en el número 15 de los municipios más habitados de la región. Y sin embargo, sus residentes deben sufrir el Metro peor dotado y que cierra antes de todo Madrid.

Tampoco disponen de un enlace con la M-50, mientras otras 17 localidades sí lo tienen. Aquí no hay centro de especialidades médicas, ni oficina de Empleo, ni de la Seguridad Social, ni de Hacienda, ni Juzgados de primera instancia. Tampoco se construye un colegio público desde hace ocho años, ni la ciudad cuenta una residencia de mayores 100% pública.

La lista de los agravios comparativos que vienen sufriendo quienes residen en Rivas es más extensa y se alarga en el tiempo. La ciudad no cuenta con destacadas infraestructuras públicas que deben facilitar otras administraciones (Comunidad de Madrid y Gobierno central) en quienes recaen las competencias de atender necesidades y derechos básicos como son el transporte, la sanidad, la educación y otros servicios públicos. Por ello, el Ayuntamiento, ante la falta de interés de estas administraciones para responder a las demandas de Rivas, se ha decidido a promover una campaña en la que la ciudadanía pueda mostrar su malestar y presionar para que se haga justicia.

«Llevamos muchos años peleando para que se dote a Rivas de los servicios que tienen otras ciudades de su tamaño. No pedimos un trato de privilegio, sólo los servicios que corresponden a una ciudad que tiene más habitantes que Segovia, Cuenca o Ciudad Real», reivindica el alcalde de Rivas, Pedro del Cura.

«Los gobiernos municipales que me han precedido han intentado, igual que éste, usar la vía de la negociación sin éxito. Aunque seguiremos hablando con quien haga falta, ahora sentimos que se necesita también el impulso de la ciudadanía exigiendo sus derechos a la Comunidad de Madrid y al Gobierno central», concluye.

Hasta la fecha, el alcalde de Rivas no ha recibido respuesta de su solicitud de entrevista que realizó en julio con la presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes, para abordar con ella estas dos cuestiones que son de competencia regional, así como otros casos.

El Gobierno municipal de Rivas ha iniciado una ronda de encuentros con los portavoces de los grupos parlamentarios representados en la Asamblea de Madrid, para plantearles que trasladen a la cámara regional las peticiones de la población ripense.

Con el fin de poner esta situación de manifiesto, el Ayuntamiento ripense lanzó a mediados de noviembre una campaña ciudadana en redes sociales que recibe el nombre de #rivaslomerece.

Apoyada por una web interactiva (rivaslomerece.rivasciudad.es) en la que se puede hallar mucha información y vídeos en los que vecinos y vecinas ripenses denuncian este desequilibrio, la iniciativa pretende, en los próximos meses, movilizar a la población de Rivas para reivindicar la equiparación en recursos públicos en aspectos tan básicos como el sanitario, el educativo o los transportes.

El peor Metro de Madrid

Vicente Núñez ha plasmado en un minucioso estudio las deficiencias de este transporte en Rivas, gestionado por la empresa privada TFM

Vecino de Rivas y usuario habitual de la línea 9 de Metro a su paso por el municipio, pronto se percató de que algo no marchaba bien. «Como mucha gente que vive aquí, vengo de fuera y jamás había visto nada igual; me pareció algo sangrante y empecé a investigar», señala Vicente Núñez, autor del informe ‘TFM, el fracaso de la explotación privada del servicio ferroviario entre Madrid, Rivas y Arganda’.

Durante seis meses, Vicente visitó administraciones locales y regionales, mantuvo encuentros con entidades del sector, sindicatos y dirección de Metro, y recopiló un rosario de datos que prueban una gestión que se ha llevado a cabo «mal, muy mal».

La ciudadanía que utilice con frecuencia el Metro en Rivas sabe a qué se refiere Vicente: elevados tiempos de espera, de ocho minutos de media; diferente zona tarifaria dentro del mismo municipio; vagones pequeños y abarrotados y el cierre más temprano de la región, a las 23.00 cada día. Esta realidad es la consecuencia de una gestión privada deficiente y muy cara. «La obra ha costado más de tres veces y media lo presupuestado», denuncia Vicente. La línea 9 finaliza el servicio una hora y media antes que en las otras de la red: en la capital, MetroNorte, MetroEste, MetroSur y Metro Ligero.

Esta limitación condiciona el uso de este medio de transporte público por parte de un gran número de los 83.000 ripenses que trabajan y se desplazan a Madrid. Por otro lado, el municipio está partido por dos zonas tarifarias (B1 y B2). Por ello quienes viajan desde el Casco Antiguo pagan más quienes lo hacen desde las otras dos estaciones de la ciudad.

Desde 1999, año en el que Metro llega a Rivas, no se ha alcanzado el objetivo de transportar a la ciudadanía de manera eficaz y eficiente, y la solución al problema se atisba lejana. «Las cifras de demanda están a años luz de las previstas. Ahora te montas en el tren y con ocho minutos de frecuencia ya no cabes.

Los vagones son pequeños y, además, aunque se baje la frecuencia no hay trenes de los que funcionan en TFM, se vendieron a Argentina», se lamenta Núñez sobre una decisión de la que Metro se enorgulleció en su día. Vicente espera que la gente se sensibilice y presione por un transporte público de calidad y de acuerdo al que disfrutan otros municipios de la corona metropolitana con viajes medios de 45 minutos, en lugar de la hora de media que tarda el viajero ripense, según datos del informe TFM.

8 años esperando un colegio público

La FAPA de Rivas subraya la importancia de que niñas y niños puedan estudiar en el mismo barrio donde residen. En el barrio de La Luna aún no se da esta opción con un centro público

Pequeños actos cotidianos como poder ir al colegio caminando, en lugar de en coche, o que con quienes juegas en la calle, al lado de tu casa, sean a la vez compañeros y compañeras de aula, resultan beneficiosos durante el proceso de educación y crecimiento. Pero en el barrio de La Luna, uno de los últimos desarrollos urbanísticos de Rivas, esto no es posible con un colegio público.

Pese al crecimiento de la ciudad y al aumento de la comunidad escolar en 3.910 menores desde 2007 -año en el la Comunidad de Madrid construyó el último centro público- la administración regional no ha acompasado la dotación de infraestructuras a las demandas educativas.

En el barrio de La Luna, donde viven 16.000 personas, no hay ningún colegio público. Mientras, otros centros como el José Iturzaeta, el Hans Christian Andersen y el José Hierro conviven con aulas saturadas. «Nosotros reivindicamos siempre la construcción de colegios públicos en cada barrio, donde niños y niñas puedan estudiar con sus compañeros de juegos sin desplazarse en coche. La falta de un nuevo colegio se une al daño que está haciendo la zona única de escolarización», lamentan desde la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnado (FAPA) de Rivas.

«Se necesita también un instituto de educación secundaria en el barrio Centro, donde el problema de masificación de aulas es evidente, y que incluya, además, módulos de Formación Profesional», apostillan a ‘Rivas Al Día’. El municipio cuenta, en la actualidad, con 14.200 estudiantes de 0 a 18 años matriculados en centros sostenidos con fondos públicos: escuelas, colegios e institutos.

La Consejería de Educación reconoció en su día la necesidad de un nuevo centro y se comprometió a construirlo en el curso 2015-2016. «Parece que a la Comunidad no le importa que baje la calidad de la enseñanza en Rivas», lamenta José Luis Alfaro, concejal de Educación de Rivas.

Enlace con la M-50: «Por justicia y porque el tiempo es oro»

Un grupo de ripenses impulsa una petición en Change.org para exigir la conexión con la M-50 y consigue 5.000 firmas de apoyo en solo 48 horas

Cada mañana, vecinos y vecinas que se trasladan a sus lugares de trabajo en coche circulan muy cerca de ella, pero sólo para dejarla a su izquierda y recorrer media ciudad antes de salir a la carretera de Valencia, la obligada alternativa a la M-50. Esta autovía de circunvalación de Madrid, a la que tienen acceso directo 17 localidades, queda a unos 400 metros del barrio de La Luna, pero no hay una conexión directa con los habitantes de esta zona de la ciudad.

La M-50 se construyó hace más de una década, y desde entonces Rivas ha crecido de manera vertiginosa sin que la administración competente, el Ministerio de Fomento, haya sabido reaccionar. Por ello, un grupo de vecinos acaba de impulsar una petición en la plataforma de recogida de firmas change.org.

«Por justicia, por el medio ambiente y porque el tiempo es oro, los habitantes de Rivas se merecen un acceso directo a la M-50», defiende el texto que recabó en las primeras 48 horas de su publicación más de 5.000 firmas. «Era una reivindicación que hacía mucho que estaba dormida en una ciudad como Rivas», reconoce David Calzado, periodista y profesor universitario, residente en el municipio desde hace 13 años y uno de los impulsores de la iniciativa. «Se trata de una cuestión práctica. En esta zona residen unas 16.000 personas «, defiende David. «Y los pronósticos del Ayuntamiento son de 2.500 personas más para 2017. Es una realidad cada día más acuciante», insiste.

Con todo, el grupo defiende que «siempre que se pueda» se utilice el transporte público ya que «hay 45.000 vehículos censados en Rivas y eso va a ir empeorando el tráfico». «Pero también hay que entender que la gente del barrio de La Luna accede a un servicio de autobuses sin la frecuencia que deberían tener y no pueden acceder tan fácilmente al metro para salir hacia Madrid. Además, hay trabajadores que por su movilidad tienen que usar el coche», reconoce David.

Miguel Mateos, profesional del taxi de Rivas, considera que la solución debe ir vinculada a un informe medioambiental: »Si no le das una salida al barrio al final congestionas el transporte dentro de la propia ciudad; se provoca más ruido y contaminación. Y muchos coches rodando por la misma zona incrementan la inseguridad vial». El tiempo de espera de media en los atascos que se forman en la A-3, y hasta llegar a la misma, supera la media hora. «Que haya gente que, cada día, pierda 30 minutos porque Fomento no haya hecho los 400 metros que faltan es injusto», concluye David.

5.000 firmas por una residencia pública de mayores

El colectivo Jubiqué lucha por que se haga esta instalación en el solar que el Ayuntamiento ha cedido a la Comunidad de Madrid para su construcción

Cerca de 5.000 residentes en Rivas han superado los 65 años. La inmensa mayoría no podrá pagarse, el día que así lo necesite, los elevados precios de una residencia privada. Y a duras penas podrían costearse la subvencionada. Por ello, hace medio año, el colectivo de personas jubiladas Jubiqué presentó tanto en el Ayuntamiento como en la Comunidad de Madrid más de 5.000 firmas para exigir la construcción de una residencia 100% pública en el municipio.

«Pedimos participar en el Consejo de Mayores, y así lo hicimos: con voz pero sin voto. Y uno de los primeros temas que planteamos fue el de la residencia», explica Manuel Doblado, presidente de Jubiqué de la Comunidad de Madrid. Hace ya más de una década que el Consistorio cedió gratuitamente un solar de unos 1.500 metros a la administración regional para que edificara allí una residencia, pero no se ha producido ningún avance al respecto.

«Hace un mes mantuvimos una entrevista, en la Dirección General de la Dependencia de la Comunidad de Madrid para plantearles que el tema de la residencia pública era algo fundamental. Pero nos dijeron que no tienen ninguna intención en esta legislatura de hacer ninguna residencia en Rivas ni en ningún otro lugar de la comunidad», lamenta Manuel en referencia al sombrío futuro que parece aguardarle a la instalación pública de mayores.

Otros 18 municipios de la comunidad autónoma, algunos de los cuáles con igual o menor población que Rivas, cuentan con esta infraestructura tan necesaria para cualquier población en un país que ocupa el número dos del ránking mundial de longevidad. «Nosotros insistimos en que los terrenos están ahí cedidos, y que seguiremos dando toda la lata que podamos porque consideramos importante que se construya esta residencia», apunta el presidente de Jubiqué.

«Ahora la prioridad de la Comunidad de Madrid no está en construir la residencias públicas sino en mantener el concierto con las privadas y derivar allí a los dependientes», sostiene Manuel, en cuyo colectivo se ha barajado la posibilidad de realizar una «ocupación simbólica» del terreno como medida de presión. «No va a ser nada fácil arrancarle este compromiso a la Comunidad de Madrid dadas sus prioridades», deplora.

Las consecuencias de no tener especialidades médicas

Mujeres víctimas de la fibromialgia sufren tiempos de espera de hasta un año y deben desplazarse a Madrid o Arganda para recibir la atención del especialista

«Casi lo he descartado porque es tanto tiempo que, entre brote y brote, te puedes pasar en cama casi todo un invierno». Manuela Suárez, de la asociación FibroRivas, entidad representada en el Consejo Municipal de Salud, explica así cómo las dificultades para desplazarse hasta el especialista médico vapulean con fuerza a las personas que padecen fibromialgia o enfermedades asociadas, como la fatiga crónica.

«Nuestra enfermedad es invalidante, por lo que tener que desplazarse hasta el Gregorio Marañón o al Hospital del Sureste implica una mayor dificultad», apunta. Es por ello que desde la asociación a la que pertenece, integrada por 40 mujeres de Rivas afectadas, demanda la cercanía del personal médico especialista.

«Sobre todo pedimos que cuando te diagnostiquen la enfermedad tengamos un equipo multidisciplinar que sepa dónde nos tiene que derivar. También, que varios especialistas traten nuestra enfermedad, porque ahora no es el caso, y si nos la diagnostican en traumatología la especialista te da el alta porque después ya no tiene nada que hacer; en la unidad del dolor, igual», lamenta Manuela.

Desde 2005 el Ayuntamiento reclama a la Comunidad una dotación básica para la población ripense. Para acudir a las consultas de especialistas médicos, a la gente de Rivas le toca viajar al hospital de Arganda o al centro de Moratalaz. La Consejería de Sanidad decidió construir un hospital público en Arganda pese a que la población de Rivas casi dobla a la de la localidad vecina. «En 2008, cuando se inauguró el hospital del Sureste, en Arganda gobernaba el PP y aquí un gobierno de izquierdas. ¿Adivina por qué se quedó el hospital en Arganda?», se pregunta el alcalde de Rivas, Pedro del Cura.

En ese tiempo, la presidenta de la Comunidad de Madrid era Esperanza Aguirre. Ahora, en 2015, casi el 80% de los pacientes atendidos en el hospital público de Arganda procede de Rivas. La consulta de fisioterapia sería uno de los servicios demandados con mayor fuerza por la asociación FibroRivas. «Ya que han inaugurado este ambulatorio [el centro 1º de Mayo], y está la mitad vacío, pedimos que puedan traer a los especialistas más cerca. Al menos, un fisioterapeuta para que no se demoren las citas que nos dan», reclama Manuela.

En el acto de apertura del centro de salud 1º de mayo, en junio 2013, el entonces presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, aseguró que pronto llegarían las especialidades. Dos años y medio después, la población de Rivas sigue esperando.

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