Texto: José Miguel Fernández-Layos y Patricia Campelo
«Esto me recuerda a Siria. Asusta a los niños. Nunca esperé encontrar algo así en Europa. Nunca, nunca». Son las palabras de Zaha, madre siria de cuatro hijos, y muestran el sentir de muchos refugiados que, tras destrozar sus pies en un largo camino, no encuentran en Europa el recibimiento esperado.
Son también las palabras que eligió Cari Maroto, de Amnistía Internacional, para ilustrar «la mayor crisis humanitaria y de refugiados desde la II Guerra Mundial». Desde enero de 2015, más de 411.000 personas se han embarcado rumbo a Europa, huyendo de la falta de oportunidades, el hambre, las persecuciones y las guerras.
Más de 2.900 han muerto en el intento: dos veces el Titanic, para que nos hagamos una idea. ¿Cuál es el contexto de esta situación?, ¿qué respuestas se pueden articular?, ¿qué papel tienen las instituciones, los organismos y los ciudadanos? Los representantes de la Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR), la Asociación Comisión Católica Española de Migración (ACCEM) y Amnistía Internacional trataron de responder a estas y otras preguntas en la sesión informativa celebrada el 5 de octubre en la Casa de Asociaciones. La idea de la jornada surgió de la Plataforma ciudadana de Rivas, tras decidirse a formar parte de la red de ciudades solidarias con las personas refugiadas.
SITUACIÓN DE LOS REFUGIADOS
Cari Maroto explicó que la mitad de la población de Siria está fuera de sus lugares de origen y que el 95% de estos refugiados están repartidos en sus países vecinos: Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto.
Asimismo, denunció que Europa no está cumpliendo con sus compromisos internacionales y exigió soluciones: «Estamos pidiendo rutas seguras y legales a Europa, mayores plazas de reasentamiento y una reforma del sistema de asilo».
La coordinadora de ACCEM Madrid, Marianela Ifrim, detalló cómo es el proceso de solicitud de asilo y denunció la falta de planificación de los gobiernos europeos: «Europa veía desde lejos lo que ocurría en Siria hasta que han empezado a llegar aquí». Esta organización cuenta con 1.350 plazas de acogida para migrantes, refugiados y personas sin hogar, y una de sus luchas es que los solicitantes de asilo puedan hablar con un abogado antes de tener una entrevista con las autoridades.
Al coordinador de CEAR Madrid, Carlos Girbau, le tocó desmontar la idea de que no tenemos capacidad de acogida y comparó la cifra de 19.000 refugiados, que le corresponden a España, con las 81.000 personas que caben en el Bernabéu: «Estamos entre las 15 primeras economías del mundo, por lo cual tenemos un estado social desarrollado, con muchos medios y capacidad de sobra para acoger a las personas que llegan, en condiciones de dignidad absoluta».
También destacó el papel que han tenido las movilizaciones a favor de los refugiados. Gracias a ellas, se habría producido un cambio de posición en los gobiernos europeos «que aún siendo muy débil e insuficiente, es mejor que lo que había, y se ha colocado sobre la mesa un problema poco conocido».
DEBATE ACALORADO
En el turno de preguntas y debate, hubo mucha participación vecinal. Marcos contó que ya estaban llegando refugiados en tránsito a la estación sur de autobuses porque en Melilla están desbordados, y preguntó por qué las instituciones no respondían; Luca quiso saber cómo se puede traer legalmente a una persona que esté ahora en Siria; Ana expuso que hay sirios que dicen que algunos centros de acogida españoles no están en buenas condiciones; Juan Manuel se quejó de que se ponga ahora el acento en Siria y nos olvidemos de los refugiados subsaharianos y María expuso que venía a ver si se había establecido ya alguna medida de acción y mostró su frustración por no poder socorrer ya esta catástrofe humanitaria.
Especialmente animado estuvo el debate en la Casa de Asociaciones en torno a la conveniencia o no de acoger a las personas en las propias casas. Carlos Girbau defendió que era mejor dejarlo en manos de equipos formados para ello. Hamil preguntó cuál era el problema si la gente quería acogerlos en sus hogares, y Miguel afirmó que lo importante es hacer sentir al otro como en casa. Girbau les respondió que consideraba mejor para el conjunto general que no estén en casas, pero que no entraba en casos particulares, y la representante de ACCEM apuntó que si les acogemos en casas, les sacamos del sistema y pueden perder algunos de sus derechos.
El regidor municipal, Pedro del Cura, presente en el acto, defendió la puesta en marcha del programa ‘Rivas, ciudad-refugio’, como un proceso lento, pero seguro, y destacó la importancia de que todo esté organizado y sistematizado y tenga una pata ciudadana fuerte: «Aunque el ayuntamiento ponga recursos, es clave que haya una plataforma, un espacio asociativo plural que pueda gestionar, dé el feedback y sea el que reivindique y exija que todo se haga en las mejores condiciones».
Por su parte, la asociación local Guanaminos sin Fronteras entregó a CEAR los 4.800 euros que se recaudaron en las fiestas solidarias del barrio de Pablo Iglesias. A la salida del acto, una de sus integrantes, Mercedes López, de 62 años, dijo a ‘Rivas al Día’ que «la solidaridad es importantísima en la crisis que se ha creado, pero creo que debería ir un poco más allá, la sociedad debería estar en la calle exigiendo a los gobiernos que pararan las guerras».
Otro vecino, Ramón Argelina, de 68 años, tachaba de barbaridad lo que está pasando «porque hay unos intereses del capitalismo, que cuando no la lía en un sitio la lía en otro» y destacó la participación de la gente «que da la medida del tipo de ciudad que estamos, con una implicación social y solidaria de primer orden». Al mismo tiempo, en otra sala se celebraba una sesión de ‘La manta de la vida’, iniciativa del Banco del Tiempo en la que se tejen mantas para los refugiados sirios; otra muestra más de la bienvenida que quieren darles la ciudadanía y que tantos gobiernos les niegan.
SOLIDARIDAD RIPENSE
Desde que se celebrara la primera reunión ciudadana para abordar la crisis de los refugiados desde el plano local, a principios de septiembre, 50 familias han mostrado su predisposición a ofrecer ayuda, y 15 de ellas estarían dispuestas a acoger familias de refugiados.
Entre las decisiones adoptadas el pasado septiembre destaca el protocolo de acogida y acompañamiento con el que el Ayuntamiento facilitará a las personas refugiadas trámites administrativos relacionados con la escolarización, la asistencia sanitaria, servicios sociales, vivienda y alimentación, entre otros.
