Texto: José Luis Corretjé Foto: Luis García Craus.
Una sala del centro cultural García Lorca se transforma, de repente, en un pub irlandés. Aunque falten las tradicionales ‘pints of beer’ (jarras de cerveza), las personas asistentes escuchan con atención las propuestas que les hace Martin Cronin, un nativo procedente de Irlanda que lleva dos años residiendo en Rivas.
En esta tarde calurosa de comienzos de julio, 15 ripenses de diversas edades intervienen, hablando en inglés, en la segunda sesión de ‘Let’s go con la biblio’ (‘Vamos con la biblio’), una iniciativa de la red municipal de bibliotecas que se ha presentado este verano como una novedosa forma de animar a la práctica del idioma en grupo.
La actividad se inicia cuando Martin pregunta si alguien ha estado en Irlanda. Sonia, una simpática adolescente, cuenta que visitó aquel país cuando tenía siete años. «Ahora lo sigo mucho porque de allí es mi grupo musical favorito, One direction», añade en inglés. Se suceden las intervenciones, cada vez más animadas. El clima se va caldeando y aumentan las ganas de hablar. «La gente llega muy motivada. Se nota el interés por soltarse a conversar», reconoce Estrella, cuentacuentos ripense y otra de las promotoras de ‘Let’s go a la biblio’. «Me gusta. Es una experiencia muy dinámica», describe Concha, de 60 años, una de las que se inician en este experimento pedagógico. Las cuatro sesiones que se han celebrado este estío han contado con nativos procedentes de Dublín, Shefield, Nueva York o Liverpool, y con la asistencia de una media de 20 participantes.
«Escuchamos acentos diferentes y nos encargan trabajo para casa: lecturas, películas o canciones», añade Concha.
APROXIMACIÓN LÚDICA
«Hemos pretendido convertir algo que despierta tanto interés, como la práctica del inglés, en una actividad divertida», señala Rosa Mora, directora de la red de bibliotecas. «El objetivo no es recibir clases, sino abrir un espacio en el que la gente pierda el miedo a hablar y a exponer ideas en otro idioma en un ambiente distendido», señalan desde la organización.
Desde la Concejalía de Cultura se plantean la posibilidad de dar continuidad a la iniciativa en los próximos meses, ante la respuesta positiva alcanzada. Uno de los ejercicios propuestos para la sesión irlandesa consiste en localizar en las guías turísticas un lugar muy conocido de la ciudad de Dublín.
Luego, en pequeños grupos, tienen que explicar (en inglés, por supuesto) a unos supuestos turistas, mediante una dinámica de ‘role playing’, de qué lugar se trata, y lograr que lo adivinen. «Me enteré de este programa por la biblioteca del Casco Antiguo», recuerda David, de 40 años.
«Ahora que estudio inglés me interesa encontrar un grupo de conversación. Hablar es mi punto débil», explica. La sesión también permite ver un fragmento de la película ‘Café irlandés’, escuchar un tema de U2 -la banda más conocida de la isla- o comentar expresiones típicas irlandesas.
A Martin, el conductor de la actividad, le preguntan qué echa de menos de su tierra. «La música en vivo», responde mientras desvela que toca la batería en una banda. «Lo que no extraño para nada es el clima», sentencia entre risas.
