Texto: José Luis Corretjé
Suena la música en directo de la Orquesta Mondragón en las Fiestas de Rivas. La gente disfruta de la velada con las canciones pegadizas de Javier Gurruchaga. Aunque, no todos bailan al ritmo de ‘Caperucita feroz’. Un grupo de veinte jóvenes ripenses está más pendiente de otros menesteres.
Ese día se estrenan como voluntarios de Protección Civil. Ellos no lo saben pero, 25 años después, los 65 hombres y mujeres que forman parte de la agrupación de la ‘Prote’ de Rivas mirarán con curiosidad la foto descolorida por el paso del tiempo que retrata a los pioneros del colectivo al que pertenecen.
José Rafael Cadavid tiene 48 años. El que fuera primer jefe de ‘Prote’ de Rivas, nunca olvidará esa noche: «Montamos un equipo de seguridad en el concierto de la Orquesta Mondragón, que era el más importante de las Fiestas, por mandato del entonces alcalde, Paco de Pablo. Éramos 20 chavales, de entre 16 y 30 años, llenos de ganas de hacer cosas para el pueblo».
Rivas se parece en 2015, con 82.000 residentes censados, bien poco a aquella ciudad que en 1991 no alcanzaba los 30.000 habitantes. La agrupación de Protección Civil ha crecido con la ciudad y ahora conserva la experiencia de un cuarto de siglo de actividad ininterrumpida.
El colectivo de hombres y mujeres de naranja (este es color de su uniforme) también ha aumentado hasta alcanzar 65 integrantes, todos ellos voluntarios. La vocación por ayudar a la gente de forma desinteresada aún no es conocida por todo el mundo.
«Todavía hay personas que se nos acercan en la calle, cuando estamos de servicio, y nos dicen: vosotros sois voluntarios pero cobraréis algo. Aquí nadie cobra un euro», aclara Andrés Horcajo, 40 años, jefe de la agrupación ripense desde hace cinco años. Y añade: «Sí que les facilitamos el uniforme, la formación y damos un bocadillo, de vez en cuando, a quienes están de servicio».
SIEMPRE ALERTA
La gente de ‘Prote’ presta servicio durante todos los días del año aunque, de modo presencial, si no surge ninguna emergencia, suelen acudir a la sede los fines de semana. Sus efectivos siempre están presentes en las celebraciones callejeras (Carnaval, Cabalgata de Reyes, etc.) y eventos deportivos que se celebran en el municipio para garantizar, junto a Guardia Civil, Summa 112 y Policía Local, que todo está bajo control.
Además, se mantienen en alerta permanente para atender accidentes, catástrofes naturales o provocadas por el ser humano, así como situaciones excepcionales generadas por la climatología (nevadas, inundaciones, etc.).
«Aunque muchas veces no se nos ve, somos un factor clave en grandes eventos. Y desgraciadamente tenemos que actuar cuando se producen catástrofes, incendios o tormentas. Ahí es cuando más se valora nuestro trabajo», afirma con vehemencia Andrés Horcajo. Así sucedió en la Nochevieja pasada. Por la tarde se vieron obligados a movilizarse para responder ante el posible derrumbe de un edificio.
«El 31 de diciembre, a las siete de la tarde, había aquí diez personas dispuestas a lo que hiciera falta. Y llegaron por una alerta que activamos minutos antes», informa el jefe de Protección Civil. Sandra Quílez, 19 años, la más joven del grupo, lleva un año y medio viviendo en Rivas. Un tiempo en el que, según se ve, no ha perdido el tiempo. «Me acerqué a la agrupación para ayudar a la comunidad y porque es un núcleo de gente en el que me siento como en familia», dice.
Como el entrevistador le insiste, Sandra aporta más argumentos que justifican su pertenencia a este colectivo voluntario: «Vayas a donde vayas, no importa con quien te toque como compañero, siempre te sientes muy arropada. Además, aprendes un montón de cosas nuevas de sus experiencias», resume.
Sandra ya no es, afortunadamente una excepción. En su inicio, Protección Civil de Rivas era un grupo exclusivamente masculino. Con el paso de los años, el porcentaje de voluntarias ha aumentado hasta convertirse en la actualidad en el 30% de quienes integran la agrupación. Ahora son 20 de los 65 miembros. Miguel Ángel Borondo tiene 33 años de los que 17, más de la mitad de su vida, los ha pasado como miembro de la ‘Prote’ ripense).
«Protección Civil ha sido para mí como mi segunda casa. Aquí he aprendido mucho y, sobre todo, he compartido muchos momentos importantes que me han llenado como persona».
Miguel Ángel es el miembro con más tiempo de permanencia en la agrupación. «Para estar en ‘Prote’ hay que tener ganas de echarle una mano a la gente. Aquí aprendes a manejar una ambulancia, a apagar un incendio o a atender a una persona accidentada». Miguel Ángel García, 69 años, es el veterano del grupo. Su aportación inicial se vinculó con su profesión, arquitecto técnico, de la que ya está jubilado..
«Ahora llevo el mantenimiento de los coches», comenta, al tiempo que reconoce que esta actividad le genera relaciones de amistad y la posibilidad de poner su granito de arena en beneficio de la comunidad. El ambiente que se respira entre quienes forman la agrupación es de franca camaradería.
El aspecto relacional es uno de los que más se cuida y los integrantes de ‘Prote’ valoran más. De la amistad se pasa al cariño y, en ocasiones hasta al altar: recientemente se celebró una boda de un chico y una chica que se conocieron aquí. Otra de las señas de identidad es la formación continua que reciben. En este aspecto, la agrupación ripense de ‘Prote’ cuenta con la ventaja de tener la Escuela Nacional de Protección Civil, en el término municipal de Rivas.
Su proximidad facilita que sus integrantes acudan, al menos una vez al año, a cursos de reciclaje formativo en tareas tan importantes como la lucha contra incendios. Quizás por su gran preparación o por su larga experiencia, la agrupación de Protección Civil de Rivas recibe, como nos confirma Andrés Horcajo, numerosas llamadas de agrupaciones de otros municipios de la Comunidad de Madrid para que les den consejos o vayan a echarles un cable.
