- Texto: Patricia Campelo. Foto: Luis García Craus
Un zumbido constante provocado por el impacto de los esféricos fluorescentes contra las raquetas inunda, desde hace un cuarto de siglo, las pistas de tenis del polideportivo Cerro del Telégrafo. Es uno de los sonidos más añejos de la ciudad, y comenzó cuando este espacio para la práctica deportiva aún carecía de los pabellones y de la piscina cubierta.
Tan sólo una caseta y los campos de fútbol dibujaban un paisaje completado por las primeras pistas de tenis con actividad diaria. «Fuimos pioneros en tener clases aquí por la mañana. Antes, no había en ningún lado», constata Jesús, el veterano monitor que continúa en activo y que participó, junto a su hermano, en los inicios la escuela.
Aquellas primeras clases de tenis se distribuían a lo largo de la semana, lunes, miércoles y viernes, y los fines de semana. «Sólo estábamos mi hermano y yo. Establecimos ocho alumnos por clase y entrenábamos de 17.00 a 21.00 y los fines de semana de 10.00 a 13.00», recuerda Jesús. Los aprietos caracterizaron la puesta en marcha de la actividad, en el curso 1989-1990. «El material era escaso y había dificultades para pasar una clase. Pero poco a poco se fue superando, los grupos crecieron con la demanda de usuarios hasta llegar a la escuela que tenemos ahora», detalla Jesús. «A lo largo de todos estos años, ha pasado muchísima gente», puntualiza.
Ahora la escuela cuenta con ocho monitores en los dos polideportivos municipales: Cerro del Telégrafo y Parque del Sureste. Jesús es el único que forma parte de la plantilla municipal. El resto son trabajadores de la empresa que gestiona la actividad, y ripenses. «El 90% de los monitores son vecinos que pasaron por la escuela, continuaron su preparación y han acabado dando clase en el mismo lugar en el que se formaron», detalla Rubén Fernández, coordinador de la empresa gestora. «Otros alumnos también han acabado dando clases, pero fuera del municipio», concreta sobre la vertiente profesional de este deporte.
«El 90% de los monitores son vecinos de Rivas que pasaron por la escuela, continuaron su preparación y han acabado dando clase»
La clasificación del alumnado también ha evolucionado, ofreciendo diversos niveles según las características de cada jugador o jugadora. «Esta escuela fue una de las primeras que empezamos a hacer por niveles. Antiguamente, todo el mundo entraba en el mismo grupo pero se decidió planificar así para que los alumnos avanzaran de una determinada manera», señala Carlos González, coordinador municipal de la escuela de tenis. «Ahora hay nivel de iniciación: Pelota, y de tecnificación: Raqueta. Y en cada uno, tres subniveles: Oro, Plata y Bronce», remacha Jesús. Los grupos varían entre cuatro y ocho participantes, y las clases se imparten en los dos polideportivos municipales.
El pasado mes de septiembre comenzaron las clases, pero aún es posible apuntarse en los grupos con plazas vacantes previa realización de la prueba de nivel, el viernes 21 de noviembre. La cita se reserva en las taquillas de los polideportivos a partir del 15 del mismo mes.
Este año, 189 menores participan en la escuela infantil de tenis. En la de adultos, hay 209 inscritos. El curso se prolonga hasta junio, y entre diciembre y enero y abril y mayo se realizan evaluaciones.
«Se trata de homogenizar los grupos de cara a esa misma temporada. Si hay gente que ha avanzado más rápido se la intenta meter en un grupo más acorde al nivel adquirido», aclara Carlos González. «La prueba que hacemos en abril o mayo ya nos sirve como evaluación para la próxima temporada. El objetivo es que los grupos sean lo más homogéneo posible», añade. A lo largo del verano, los campamentos urbanos incluyen la actividad de tenis para niñas y niños dentro de la oferta deportiva municipal.
LAS CLAVES
«El tenis es un deporte individual que favorece muchos aspectos de la vida, como es el caso de la responsabilidad: en la pista estás solo, y todo depende de lo que hagas, no dependes del equipo como en otras disciplinas», opina Rubén Fernández. Al mismo tiempo, el tenis «socializa muy bien», y «hay gente muy diversa que queda para jugar», puntualiza sobre algunos de los rasgos que han convertido al tenis en un deporte que mantiene la afición con el paso de los años.
Prueba de ello es el ranking municipal, celebrado en las pistas del polideportivo Parque del Sureste. Allí, cada fin de semana, 60 parejas se disputan la hegemonía local a través de una liguilla de grupos de seis parejas jugando entre todas. Junto con los dos clubs de tenis del municipio, Tenis Rivas Sport y Tecnificación Raqueta de Rivas, el ránking completa la vertiente competitiva.
Otro de los puntos fuertes del tenis es, a juicio de González, el triunfo de los tenistas españoles. «Hace años hubo un boom muy grande en España, y mucha gente se decidió a jugar al tenis. Se hicieron muchas pistas por todo el país, y se popularizó mucho», detalla. «Ahora hemos sufrido un pequeño descenso porque hay otro deporte también de raqueta, el pádel, técnicamente más fácil y que está en auge», revela. «Aun así, el tenis conserva su fama y prestigio», concluye. El impacto mediático de los éxitos que acumulan las raquetas del país lleva a muchos jóvenes a interesarse por esta disciplina.
Es el caso de la vecina Natalia, de 11 años, que le gustó «mucho» tras «verlo por la tele». «Vi algunos partidos y pedí a mis padres que me apuntaran», reconoce. Su madre, Pilar Gómez, explica que la lleva hasta el polideportivo del Cerro del Telégrafo dos veces por semana, los martes y los jueves, una hora cada día.
BUEN PROFESORADO
«Está muy contenta de que le hayan cogido, ya que las plazas eran por sorteo. Ahora, mientras a ella le guste y se vea motivada, que siga hasta donde quiera», asegura Pilar, que se revela encantada con los profesores y agradecida por la oportunidad que tiene su hija de socializar abriéndose a un campo nuevo. Natalia, por su parte, sólo lamenta la cantidad de deberes que tiene justo los dos días que acude a la escuela de tenis. Aún así, recomienda esta práctica: «Es un deporte muy divertido».
