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- Texto: Irene Piedrabuena / Fotografía: Luis García Craus
En pueblos y aldeas de la península aún resisten valientes panaderos que se levantan de madrugada para amasar el pan y cocerlo en sus hornos de leña. Cuando lo tienen listo, viajan con él en sus furgonetas para llevarlo a las personas que aguardan el pitido que anuncia que el pan ha llegado a su hogar. En las grandes urbes, esta figura se ha sustituido por tiendas de alimentación, panaderías gourmet, ultramarinos, obradores, supermercados, gasolineras y otras superficies que se han apuntado a la venta del pan.
En Rivas, dos vecinos quisieron recuperar la tradición panera y apuntarse también a la venta de barras. Roberto Pomeda y Luis Miguel Amores crearon en 2005 Mundopán, una empresa de venta a domicilio. «La idea surgió cuando estábamos un día de barbacoa en casa de un amigo y nos quedamos sin pan. Entonces pensamos: ojalá existiera un servicio a domicilio para no tener que ir hasta la tienda a comprarlo», explica Roberto.
Hace nueve años decidieron poner en marcha la idea. «Modernizamos la vieja usanza utilizando un sistema de entrega similar al de Correos: el pan lo depositamos en un buzón térmico que instalamos en la puerta de nuestros clientes para que se conserve bien hasta que puedan cogerlo», comenta Luis Miguel. «Tanto el buzón como la entrega son servicios que no tienen ningún coste extra. El cliente sólo paga por el pan», añade.
Cada mañana, los panaderos de Mundopán hornean las distintas variedades de barras que tienen: baguette integral, artesanita salud, pan sin gluten, multicereales, bocata rústico, campesina yodada, bastón, chapata, gallega, pan pave? Así hasta 20 tipos. «Confeccionamos los pedidos semanales con un programa informático. El cliente puede notificarnos los cambios a través del email o por teléfono», apunta Luis Miguel.
Donarán pan al Banco de Alimentos y a otras asociaciones ripenses. Y ofrecerán descuentos a personas jubiladas y desempleadas
El servicio no requiere de un pedido mínimo ni cuota de permanencia. Y la factura se paga al final de mes. Además, también se puede solicitar leche fresca, café, prensa, huevos, productos de bollería fina (croissant, napolitana de crema o de chocolate, ensaimadas y caña de crema o de chocolate), tartas y petits fours. «Yo lo primero que hice cuando me mudé a Rivas fue solicitar el servicio», explica Gema Berloso, una de sus clientas desde 2007.
«El primer día que salí a pasear con mi marido y mi hijo vimos los buzones del pan en las puertas de los vecinos. Mi marido, que es muy panero, enseguida quiso contratarlo», explica. «Para mí, que soy ama de casa y madre trabajadora, es muy útil. La compra de productos frescos ha de ser diaria y no tengo mucho tiempo para hacerla», expresa. «De esta forma, puedo disfrutar en verano de la piscina de casa con amigos o no tener que preocuparme por salir un día de lluvia», prosigue.
Mundopán reparte diariamente a 650 casas del municipio y a varias empresas que operan en Rivas como BQ, MQ Rivas o DNI Computer. Roberto y Luis Miguel se conocen desde pequeños. «Éramos vecinos de Covibar, estudiábamos en el mismo colegio y por la tarde jugábamos en las calles del barrio. Por aquel entonces, Rivas era muy diferente», rememora Roberto. «No existía prácticamente nada de lo que hay ahora». Esta pareja de amigos creció al ritmo de su localidad. «Cuando nos hicimos mayores, siempre que nos reuníamos acabábamos divagando sobre cómo podríamos mejorar nuestras vidas y qué proyectos podíamos emprender», explica Luis Miguel.
Y siguiendo la letra de Víctor Jara («Una espiga hay en el campo, / una espiga colorada, / si juntos la cosechamos / grande será nuestro pan»), ambos se unieron para trabajar su idea y, tiempo después, recolectar los frutos. Luis Miguel procede del mundo del transporte y las artes gráficas. Roberto, de la consultoría informática y la educación. Sectores muy dispares que les han permitido combinar su experiencia para desarrollar su negocio.
«Optimizamos muy bien el trabajo gracias a una buena logística de rutas. Todo el proceso está informatizado, lo que repercute en la reducción de costes. Además, obtenemos beneficios porque somos una economía de escala», revela Roberto.
CINCO AÑOS DE EXPANSIÓN
Al principio, familiares y amigos se llevaban las manos a la cabeza: «¿Cómo vais a sacar beneficios vendiendo pan y colocando buzones gratuitos?», les decían. Pero lejos de acertar, Roberto y Luis Miguel sólo tardaron cinco años en expandirse al resto de España a través de franquicias. Ahora tienen más de 300 puntos de reparto distribuidos por Barcelona, Valencia, Alicante, Sevilla, Huelva y Canarias.
«Mundopán va a los pueblos y ciudades en los que es difícil comprar pan por su diseño urbanístico. En Rivas, por ejemplo, hay mucha vivienda unifamiliar y eso exige desplazamientos en coche», explica Luis Miguel. «Es una ciudad perfecta para este negocio», se alegra.
Sus objetivos a corto plazo siguen apuntando al crecimiento. Este año han firmado un acuerdo de colaboración con el Ayuntamiento para donar pan al Banco de Alimentos y a otras asociaciones ripenses; ofrecer descuentos a personas jubiladas, desempleadas y a aquellas con problemas de movilidad; realizar acciones formativas y organizar puertas abiertas para que la ciudadanía conozca su experiencia empresarial. «En los próximos meses visitaremos la Lanzadera de Empleo y después vendrán las personas participantes para conocer de cerca la actividad de Mundopán», explica Roberto.
«Siempre nos gusta recalcar que, sin la ayuda de nuestros amigos y nuestra familia, no habríamos podido emprender esta actividad», agradecen.
