«Almodóvar fue la primera persona que creyó en mí»
Entrevista: Nani Cores / Fotografía: Juan Manuel Macarro
Llegó a Madrid con 19 años y apenas 25.000 pesetas en los bolsillos desde Las Palmas de Gran Canaria. Con su sorna y desparpajo habituales reconoce que poco queda de aquella época: «Las 25.000 pesetas desde luego que no, esas se gastaron rápido».
Pedro Almodóvar le dio su gran oportunidad con un personaje, Agrado, hecho a la medida de su talento, con el que consiguió su primera nominación a los Goya como mejor actriz revelación. La segunda le llegaría como directora por el cortometraje por ‘V.O.’.
Artista todoterreno y trabajadora infatigable, a sus facetas de actriz y directora de cine suma, además, las de guionista, monologuista y productora teatral. Este mes se acerca hasta Rivas Vaciamadrid para presentar la gala de clausura y entrega de premios del Festival de Cine (sábado 23 marzo, 21.00, auditorio Pilar Bardem, retirada de invitación desde el 11 de marzo en la web festivaldecine.rivasciudad.es).
Como monologuista y actriz de teatro ha optado muchas veces por la autogestión. ¿Le ha dado esto más libertad creativa y satisfacciones que quebraderos de cabeza?
No quiero separar el monólogo del teatro, al menos en mi caso, puesto que lo que yo hago son monólogos teatrales. Gracias a la autogestión tengo trabajo. ¡Más quebraderos de cabeza me daría no tenerlo!
En estos espectáculos ha defendido siempre el protagonismo de mujeres con enjundia. ¿Se considera abanderada del humor feminista?
No soy feminista, aunque defiendo los derechos de la mujer.
Son tiempos especialmente convulsos para las mujeres. Como mujer (y mujer dentro del mundo de la cultura), ¿qué le gustaría reivindicar en este momento?
La mayor reivindicación se hace trabajando e insertándote en lo social. Vivimos en un patriarcado y en cualquier caso quedaría mucho por hacer. Solo el 25% de los papeles son femeninos, el 75% restante son para los hombres. El cambio suele ser lento.
En 2018 se cumplieron 20 años del estreno de ‘Todo sobre mi madre’. Su papel de Agrado supuso su espaldarazo definitivo de cara al gran público. ¿Qué le debe a esta película?
Le debo todo. Para mí fue un bautizo de oro. Pedro Almodóvar fue la primera persona que creyó en mí y capitalizó el trabajo que llevaba tiempo haciendo en bares y pequeñas salas teatrales.
La popularidad le llegó cuando ya llevaba muchos años dando el callo como actriz. ¿Se digiere mejor el éxito?
‘Todo sobre mi madre’ fue mi cuarta película. En cuanto a digerir el éxito, creo que este no se relaciona con la edad. Solemos atribuirle a la edad la sabiduría, pero no siempre se corresponde. En mi caso digerir el éxito tuvo que ver mucho más con el trabajo de diván que había hecho en el psicoanalista.
En televisión también vivió otro ‘boom’ gracias a Estela Reynolds. Este tipo de papeles, ¿terminan por quemar o hay que estarles agradecidos?
El éxito no se puede leer como un fracaso. Cómo voy a hablar de estar quemada con un personaje como Estela, que me ha dado tanto éxito.
Háblenos de uno de sus nuevos proyectos para televisión, como la serie ‘Hierro’, junto a Candela Peña.
Mi papel en la serie ‘Hierro’ es un personaje secundario, pero estoy feliz de haber trabajado con Candela Peña y todo el equipo, que es maravilloso. Podréis verme, además, en otro registro que, creo, sorprenderá.
Y en el cine, ¿podremos verla próximamente?
¡Sí, me vais a ver! Este año he rodado tres películas: ‘El hoyo’, de Galder Gaztelu-Urrutia; ’75 días’, de Marc Romero, y ‘Lo que cuenta es el final’, de Carlo Fenizi, esta última en italiano.
Este mes presentará la gala de entrega de premios del Festival de Cine de Rivas, ¿qué prepara para esa noche?
Espero pasarlo bien con todos vosotros y disfrutar del festival. Haré alguno de mis monólogos más conocidos, y lo que surja.
Ha dirigido varios cortometrajes y ha estado nominada al Goya por uno de ellos. ¿Qué es lo que más le excita de ponerse detrás de la cámara?
Lo que más me excita es poder escribirme un papel y ponerme delante de la cámara.
A pesar de estos cortos y de haber dirigido también dos largometrajes, afirma que le resulta muy difícil volver a levantar un nuevo proyecto. ¿Sigue siendo el mundo del cine machista en este sentido?
Lo digo con letras mayúsculas, espere: ‘SÍ’. Por supuesto que sí, ¿lo pone en duda? Cuente la cantidad de directoras reconocidas que hay actualmente y dígame si hay el mismo número de directores.
Comparte su día a día en Instagram, donde tiene más de 200.000 seguidores. ¿Alguna vez ha sentido miedo de las redes sociales?
No, no tengo miedo. En realidad las redes sociales me son muy útiles para mi trabajo. Cuando alguien me agrede a través de las redes, yo bloqueo y sigo mi vida.
Confiesa su amor por los perros y se ha atrevido a denunciar el maltrato animal. ¿Qué tenemos que aprender los seres humanos de los animales?
Más que aprender de los animales deberíamos aprender a no maltratar a los animales. Quienes tenemos que aprender somos nosotros, y no precisamente de los animales, sino de no-sotros mismos. Sacar lo mejor de nuestra naturaleza.
¿Qué le pide Antonia San Juan a la madurez artística?
¿Es que a la madurez artística hay que pedirle algo? Si ya alcancé la madurez artística de la que me habla, ¡qué más puedo pedir!
