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– NOTA: Iker del Valle se proclamó campeón del mundo sub 12 al mes de realizarse este reportaje.
Texto: Nacho Abad Andújar
A sus 12 años, Iker del Valle es un diamante en bruto al que están puliendo. Dicen quienes le ven jugar que es la joven promesa del pádel español. Él y su pareja de juego, el marbellí Álex Ramillete, ocupan actualmente el primer puesto del ranking nacional en la categoría alevín (11 y 12 años).
Ambos son los actuales campeones del Máster de España, la cita anual que reúne a las ocho mejores parejas del país. Unas semanas antes de coronarse como ‘maestros’, Iker y Álex se proclamaron en septiembre subcampeones de España en Marbella. El dedo fracturado con el que Ramillete jugó la final, y que le impedía asir bien la pala, tal vez explique por qué no ganaron, aunque rozaran el título (4-6, 6-4 y 3-6).
Ahora Iker del Valle está disputando su segundo campeonato del mundo. En Buenos Aires, del 28 de octubre al 3 de noviembre. En Argentina, donde el suelo es de cemento y no de moqueta como en España [una desventaja], el ripense comparte pista con el valenciano Álex Arroyo, precisamente uno de los dos contrincantes que le derrotó en la final marbellí del Campeonato de España. Los que se enfrentaron por el título nacional unen sus talentos para pelear ahora por el mundial sub 12.
A sus 12 años, Iker del Valle es un diamante en bruto al que están puliendo. Dicen quienes le ven jugar que es la joven promesa del pádel español
«A ver si el pádel español puede ganar al que se dice que es el mejor pádel del mundo», aventuraba su padre José, el pasado 15 de octubre. Para Iker no es su primer mundial, recuerda su progenitor. Hace dos temporadas, en Melilla, se colgó el bronce en la categoría benjamín.
«Me ilusiona mucho volver a un mundial», confiesa la joven promesa antes de iniciar una sesión de entrenamiento en el club Mega Padel Indoor, situado en Arganda del Rey, propiedad de su padre y hasta hace unas semanas el más grande de España por número de pistas cubiertas en su interior: 15 (el Sanset Indoor, en San Sebastián de los Reyes, ha abierto hace poco con 32 canchas).
A LOS SIETE AÑOS
Le ilusiona el mundial, sí. «Pero no me quita el sueño», se descara este alumno del colegio Luyfe, estudiante de 1º de la ESO y campeón de Madrid desde hace tres temporadas. Con siete años agarró su primera pala. ¿La culpa? «El vicio que tenía su padre después de trabajar», relata el progenitor, «era echar una partidita de pádel. Iker me acompañaba a todos los sitios, veía los partidos. Él jugaba al fútbol en el ADPI, de delantero. Y un día le dijo a su madre que quería hacer pádel. Yo había montado en una nave de Rivas dos pistas indoor [completamente cubiertas], por ocio y por entrenar. El chaval cogió la pala. Tenía muy buenas maneras. Avanzaba. Primero le entrené yo. Y como vimos que iba bien, le pusimos un profesor».
Ese profesor, desde un principio, es Darío Marina. Un argentino exjugador profesional que se dedica a formar talentos desde hace más de 20 años. Por sus manos han pasado, por ejemplo, Fernando Belasteguin, que junto a su pareja lidera el ranking del World Padel Tour (WPT) desde que se creó el circuito profesional en 2005, o su propio hijo Maty Marina, campeón de España en todas las categorías inferiores.
Robby Gattiker, 11 veces campeón del mundo, entrenará a Iker en Buenos Aires durante el mundial de Argentina
«Iker es un jugador muy agresivo, por momentos incluso necesita ralentizar su juego, enfriar la bola. Es, además, muy buen compañero dentro de la cancha», perfila Marina, tras despedirse de su compatriota Roby Gattiker, considerado el mejor jugador de la historia, 11 veces campeón del mundo. «Un amigo de la casa, que se pasa por el club una vez a la semana y que lo entrenará en Buenos Aires», explica el padre de Iker, ganador, por cierto, del ranking municipal de pádel de Rivas dos veces. «La verdad, fui un poco abusón. Mi pareja era un compañero entonces casi profesional, David Gutiérrez, y hoy situado entre los 40 mejores palistas del mundo», se sincera José.
¿Y qué pasaría si su hijo, un preadolescente, no llega donde todos esperan? El progenitor responde: «Nada. Su madre, todos los días, le dice: ‘Iker, una carrera universitaria’. Y su padre: ‘Iker, efectivamente, una carrera con un buen deporte es maravilloso». Cinco años lleva el chaval con la pala.
Su hermano, Asier, de nueve, lleva dos. Y ya es campeón de Madrid benjamín y ocupa el puesto 5º del ranking nacional. «A Asier no le llamaba nada la atención este deporte hasta hace dos años. También entrena con Darío Marina, y parece tener más facilidad de aprendizaje que Iker», comenta José del Valle.
AQUELLA MAÑANA
Al padre se le ha quedado en la memoria una mañana de 2009. Darío Marina, el técnico, ya le había dicho a la familia ese año que Iker tenía «muy buenas maneras». Entonces, la madre, que no quería sobrecargar a su hijo de tareas, le propuso: «El fútbol o el pádel». «Yo pensé, adiós pádel», rememora José del Valle, «porque todos los niños prefieren el fútbol. Iker nos dijo que se lo pensaría esa noche».
Al día siguiente, a la hora del desayuno y en la cocina, antes de salir para el colegio, Iker se pronunció: dejaba el fútbol. «Fue una sorpresa», advierte el padre. «Tiempo después le pregunté por qué. Y me dijo: ‘Porque veía que en el pádel tenía más futuro».
Y eso es lo que ahora tiene Iker: todo el futuro por delante, con un presente en el que se ha ganado, por ejemplo, disputar un mundial en Argentina. Por cierto, a Buenos Aires ha volado con él su madre. Al padre le dan pánico los aviones. Mal asunto para él si su hijo empieza a jugar competiciones internacionales.
