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Texto: Nacho Abad Andújar / Fotografía: Jesús Pérez
«Es un deporte que te hace sentir libre». Así describe el director técnico del Club Patinaje Velocidad Rivas, Francisco Barriga, de 27 años, la sensación que le sigue produciendo deslizarse sobre ruedas a velocidades que pueden alcanzar los 50 kilómetros por hora, como si estuviera flotando, con los pies a cinco centímetros del suelo.
«Llevo en el club desde que se creó, en 2009. De pequeña iba con mi hermano y mis padres al puente de Arganda. Él, con la bici. Yo, con los patines. Empecé a patinar en un club a los ocho años, en el de Arganda. Hasta que me cambié al de Rivas». A sus 19 años, la argandeña Sandra Campos es cinco veces campeona de Madrid en categorías inferiores y quinta de España en 2011 en la distancia 200 metros. Es una de los 25 integrantes del equipo de competición del club, una entidad fundada hace cuatro temporadas y que además forma en su escuela, de octubre a mayo, a casi 200 personas de edades variadas. El más pequeño, Marcos, apenas tiene cuatro años.
Sobre el asfalto del recinto ferial Miguel Ríos se ejercitan los patinadores. Los de la escuela, dos tardes a la semana (una hora por sesión) o los sábados dos horas seguidas. «Se ve mejor evolución en los que patinan dos tardes», confiesa Barriga, mundialista con la selección en Gijón 2008, quinto en el Europeo de 2000 en categoría juvenil en la modalidad relevos a la americana y quinto de nuevo en el Europeo de 2003 de Portugal (esta vez como junior de primer año y en individual).
María Gutiérrez, de 13 años, estudiante de la ciudad educativa municipal Hipatia, lleva federada año y medio, aunque rueda desde los ocho. «Me apunté al club porque, paseando con mi padre por el recinto ferial, vi a la gente patinando», recuerda. Su progresión, meritoria: esta campaña ha quedado cuarta de Madrid en la clasificación general y 30º en el campeonato de España, que se celebró en la pista de Arganda, una de las tres que existen en la región (las otras se ubican en la capital, en Aluche y Moratalaz, según cuenta el director técnico).
El patinaje de velocidad se practica en pista o en circuito. La primera es «como un velódromo, pero con el peralte más pequeño y una cuerda de 200 metros», explica Barriga. El circuito, trazado sobre asfalto, puede ser urbano o cerrado, con curvas diversas, y siempre con una distancia superior a los 300 metros.
En los circuitos urbanos se disputa una de las pruebas más exigentes: la maratón (como la de a pie, 42,195 km). Una distancia que el patinador más resistente del mundo, el colombiano Diego Herrera, completó en 2008 en 50min 32 seg (la diferencia es notable respecto a la carrera a pie, donde el record mundial se sitúa en unas lejanas 2h 3min 38seg).
A 55 KM POR HORA
«Patinando podemos alcanzar los 55 km por hora. A veces nos comemos a las bicis», bromea el director técnico. La polivalencia en temas de distancia es mayor que en el atletismo: «Se ha dado el caso de campeones del mundo en contrarreloj (200 o 300 metros), 10.000 y 20.000 metros».
A quien se le dan bien las distancias largas es a Victoria Ortego, asturiana de 23 años, recién llegada de su tierra y monitora para la próxima temporada. Es campeona de España en circuito en la modalidad por puntos [se realiza un sprint cada cierto número de vueltas: el vencedor dos puntos y el segundo un punto. En el sprint de la última vuelta, los tres primeros clasificados reciben 3, 2 y 1 punto respectivamente. Gana el que más suma].
Entre 2000 y 2007 siempre se colgó medalla en los campeonatos regionales. Y en 2005 representó a España en el Europeo de Milán, donde quedó octava en la modalidad eliminación [cada cierto número de vueltas, se elimina el último o los últimos corredores en pasar por meta. A falta de tres vueltas para el final, quedan un número prefijado de corredores (5 ó 10) que disputarán el sprint final, clasificándose por el orden de llegada a meta].
Victoria está en Rivas porque su pareja, Gabriel Barata, de 25 años, se vino a vivir a Madrid por motivos laborales. Campeón de España junior en 10.000 metros puntos, seleccionado para el Europeo 2002 y con la cuenta perdida de las medallas ganadas en los campeonatos autonómicos asturianos [este año cinco de plata y dos de bronce], es uno de los fichajes para la próxima campaña para el equipo de competición. Él sólo competirá. Ella, además, formará parte del equipo de monitores (seis). Victoria asegura que «la técnica es la esencia de todo. Si no se afianza una técnica de curva, de paso o aerodinámica, no se progresa. Sólo con la fuerza no vale. En igualdad física, la técnica decide quién es más veloz».
ALGO MÁS QUE UN DEPORTE
Pero que nadie se asuste: «Es un mes se coge la base para patinar. Y en una temporada se acaba teniendo mucha destreza para ir por la calle, subir bordillos o deslizarse por el carril bici», explica la asturiana. «Además de un deporte, es una forma de transportarse sin contaminar mientras se hace un ejercicio saludable», remacha Francisco Barriga, que reclama su inclusión como deporte olímpico: »Por espectacularidad y número de licencias no será».
Quien quiera iniciarse en el patinaje de velocidad o perfeccionar su estilo puede inscribirse a partir de octubre en la escuela del club. Hay tres niveles: para novatos, medio y avanzado. Y como decía al principio del reportaje el director técnico, la sensación de deslizarse a cinco centímetros del suelo seguro que engancha a muchos.
Si quieren probar, pásense por el recinto ferial a partir de octubre, cuando empieza la temporada de escuela. «Quien patina mejora su coordinación, su capacidad pulmonar y su resistencia física», advierte Barriga.
